Testigo de la historia del país, referente de los mexicanos e icono de México, y por lo demás imponente por su belleza arquitectónica, la Catedral Metropolitana celebra los 200 años de su inauguración.

El deslumbrante inmueble fue construido a lo largo de tres siglos y consta de cinco naves y 16 capillas laterales; fue levantado sobre el terreno fangoso del Valle de México encima de las ruinas del templo al dios Quetzalcóatl, una de las principales deidades de los mexicas.

Para edificarla utilizaron materiales de los edificios derruidos de los aztecas, civilización derrotada por los españoles.

Debido a que la catedral fue construida a lo largo de tres siglos, se caracteriza por su estilo ecléctico, pero resume y muestra diferentes escuelas estéticas, como el barroco y el neoclásico.

El documento más antiguo que se tiene, en el que se ordena la construcción del templo, data del 8 de octubre de 1544, expedido por la reina de España en Valladolid.

Finalizó la edificación de la Catedral Metropolitana el arquitecto español Manuel Tolsá, quien corrigió desproporciones arquitectónicas y armonizó los diferentes estilos que reúne el principal templo católico del país.

En el interior del templo se encuentran ejemplos del estilo neoclásico: en sus capilla y retablos, algunos reconstruidas del barroco a la nueva escuela; y en los altares tallados en cantera de las capillas: Nuestra Señora de los Dolores, Señor del Buen Despacho, Santa María la Antigua y Nuestra Señora de Guadalupe.

La principal iglesia católica del país, ubicada en el centro del corazón de la capital del país, celebrará el bicentenario de su inauguración, del 15 de agosto al 28 de noviembre con conciertos de música sacra, concursos, exposiciones pictóricas y fotográficas, y visitas guiadas.