Aunque se basa en una historia real este cuento tiene todos los indicios de ser un derivativo más de tantas otras películas que pasean delante de nuestros ojos una y otra vez.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Basada holgadamente en un documental sobre una familia que vivió una experiencia perturbadora debido a los fenómenos inexplicables que se manifestaban en su nuevo hogar, esta versión bañada en las esencias propias del cine hollywoodense sigue a la familia Campbell que se muda a una bella casa de estilo victoriano en el estado de Connecticut para descubrir poco tiempo después que este sitio había sido una funeraria en los años veinte que se usaba además para contactar a espíritus del más allá por medio de Jonah, el hijo clarividente del propietario de la casa en esos tiempos. Claro que usted dirá ¿Por más linda y pintoresca que fuese la casa, como se les ocurrió mudarse a una casa al lado de un cementerio? No olviden que el padre del chico tiene problemas con la bebida y que la madre requiere urgentemente un lugar para cuidar de su hijo adolescente que tiene cáncer (y también hay dos hijas que necesitan un techo sobre sus cabezas) lo cual limita bastante el tiempo para encontrar la casa. Pero ahora el pasado está galopando al futuro y dentro de poco los Campbell tendrán que lidiar que unos visitantes fantasmas que aparecen en todos los rincones del nuevo hogar.
¿QUIÉN PARTICIPA?
Al centro de esta pesadilla se encuentra la actriz Virginia Madsen (Sideways) cuya participación es crucial para esta película y que hace un excelente trabajo interpretando a una madre fuerte y solidaria que debe lidiar con un esposo débil, un hijo enfermizo y una nueva casa que ¡al parecer está poblada por muertos! Madsen ya tuvo un encuentro con Candyman así que esta mansión embrujada no le será difícil de dominar. En la piel del personaje de Matt, su hijo con una forma de cáncer poco común vemos como Kyle Gallner se esfuerza intensamente y pasa buena parte de su tiempo luchando contra demonios – incluyendo entre ellos sus propios demonios internos. Amanda Crew no brinda nada nuevo al darnos una interpretación poco original de un personaje que le apetece andar husmeando por todos los rincones de la casa. A Martin Donovan le toco interpretar al padre alcohólico, un papel poco atractivo, mientras que Elias Koteas da risa en su papel del sacerdote que intenta luchar contra los espíritus malignos y que pareciera estar imitando al padre Merrin de la película The Exorcist.
LO BUENO
Aparte de Madsen, no hay mucho que sea bueno. Pero al menos esta es una película del género de horror que encierra algo del mundo real con la historia del cáncer y eso le da un sabor realista que no abunda en la películas torturantes actuales.
LO MALO
Inspirándose en innumerables clásicos cuentos psicológicos de los años 60 como The Haunting and The Innocents y en otras películas de miedo más atormentadoras como The Amityville Horror y The Exorcist resulta que esta nueva encarnación sólo logra realzar los aspectos menos adecuados. Claro que se asustará unas cuantas veces, pero todo es gracias a un trabajo de edición y el alto volumen de la música que lanza al público en un estado de angustia temporal, y nada mas.
ESCENA FAVORITA
Una secuencia que muestra a la familia cuando se da cuenta por primera vez que esta casa quizá no sea tan maravillosa y de ensueño y que podría ser más bien una pesadilla le causará risa aunque esa no haya sido la intención. ¡A decir verdad esto da más miedo que un préstamo hipotecario a altas tasas variables!