Por Sara De Lille

Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte compartirán otra aventura en la segunda película de esta exitosa serie. Esta segunda parte nos muestra a las protagonistas en una etapa de sus vidas más madura, y en un status económico mucho más estable. Como vimos en la primera, Carrie está casada con Big (John) pero en esta ocasión tendrá problemas con la parte que a veces cuesta más trabajo: estar en una relación y mantenerse fiel a ella misma.

Miranda por otro lado al fin después de tantos años trabajando en la misma firma como abogada duda si es lo ideal para ella; Charlotte tendrá que aceptar que ser madre es un trabajo exhaustivo y Samantha llevará a las chicas con todo su glamour a un viaje a Abu Dhabi.

Todas en esta cinta tienen un crecimiento congruente en base a la primera, y los personajes están muy bien trabajados (y sí, pues llevan más de diez años) aunque, en esta ocasión ya no es tan Sex and the City, porque la ciudad de NY está ausente la mayor parte y el sexo también, exceptuando por supuesto las escenas de Samantha y sus ligues.

Lo que sí cambió en comparación de la primera es que esta no se ve como un gran capítulo de la serie, sino que ya tiene más estructura de chick flick con partes musicales y glitter por todas partes, hasta el audio a veces suelta unas campanitas mágicas. Al principio cuenta con la participación de Liz Minelli cantando como toda una estrella (literal, por el brillo) y después veremos la escena de las chicas en un karaoke, y aunque las habíamos visto en posiciones muy comprometedoras nunca las habíamos oído cantar.

La historia se queda un poco corta ya que no tiene tanto peso como la primera, eso sí, tiene sus buenas dosis de diseñadores que las fans disfrutarán como si fuera la siguiente temporada de la serie.