Por Oswaldo Betancourt L. @rockswaldo

En el género de la comedia está bien arriesgarse con una idea absurda, pero hay que saber darle forma porque, de lo contrario, puede dar pena ajena, que es justamente lo que paso aquí.

Ulises es un niño de nueve años a quien le sale un bigote tupidode un día para otro, entonces pasa de ser uno de los tres amigos invisibles a una celebridad en su primaria, ahora es respetado e incluso llama la atención de la niña que le gusta, pero pronto descubrirá que eso no lo es todo.

La trama pasa de ser divertida a ridícula cuando a esta sitaución, ya de por sí atípica, se le suman más elementos descomunales, como el club de los 10,000 bigotes y toda la parafernalia que hacen en torno al mostacho; con ellos eldepartamento de arte es exagerado.

La parte musical tampoco es precisamente lo mejor de la película.En el soundtrack tenemos canciones del grupo Los Bigotes del Ritmo, mientras que elscore cuenta con temas titulados “Bigotón”, “Bigotes famosos”, “Muy sus pelos”, “Niño con bigote”, entre otros.

Hay muchas bromas, unas sin nada de gracia, otras con un poco de humor.Jorge A. Estradaexageró en unas partes, pero en este terrenoquedó a deber con el guion.

La dirección de Manuel Caramés espobre en su debut cinematográfico, especialmente la de los niños, pues más allá de Santiago Torres, el protagonista, se siente una dispersión histriónica infantil de principio a fin.Un buen ejemplo de una cinta protagonizada por un elenco infantil es El Pequeño Nicolás (2009).

Veredicto: Por producciones como ésta hay quien le hace el feo a las películas mexicanas.Es más divertida la canción de “El Bigote”, de Banda Machos.