Por Ira Franco

Es probable que el mundo de Oz nunca se haya visto tan espectacular. Doscientos millones de dólares en superproducción con toda la tecnología CGI disponible, las mujeres más hermosas de Hollywood y una historia que, si James Franco y Sam Raimi no la echan a perder, podría resultar realmente entrañable.

La suerte de James Franco, aun después de su desastrosa actuación en los Óscares hace un par de años, es envidiable: tiene la atención de tres brujísimas (Mila Kunis, Michelle Williams y Rachel Weisz) y un papel para el que se manejaban nombres como Johnny Depp o Robert Downey Jr. Si quisiéramos ver esto como una nueva franquicia, entonces Oz, el poderoso es una precuela de aquella historia que todos conocemos con JudyGarland como Dorothy Gale (o Diana Ross, en su versión psicodélica de 1978, The Wiz): la chica de Kansas que viaja en un tornado hacia la fantástica tierra de Oz…

Pero, aceptémoslo, la palabra precuela no sólo es espantosa, sino que describe muy pobremente la grandeza que aguarda en aquel mundo inventado por L. Frank Baum en los albores del siglo XX. Baum escribió al menos 13 libros situados en el fantástico mundo deOz y, por supuesto, no todos tenían que ver con la historia de Dorothy. El guión de Oz, el poderoso es una historia independiente, quizá 40% de elementos de los libros de Baum y 60% de construcción original de los guionistas Mitchell Kapner y David Lindsay-Abaire (este último conocido por la animación reciente El origen de los guardianes).

Esta vez, en lugar de Dorothy saltando alegremente por el camino amarillo, nos encontraremos con un mago de circo de pocosescrúpulos (James “No quiero ser un buen hombre, quiero ser un gran hombre” Franco) cuya única coincidencia con Dorothy es que sale de Kansas en un tornado. Al principio, Oscar (Oz) piensa que ha llegado al lugar perfecto para cumplir sus sueños de fama y fortuna, pero eso cambia cuando se ve enredado con tres brujas (que de brujas no tienen ni un pelo), quienes probarán si él es o no el gran mago que vaticinó la antigua profecía.

La cinta está dirigida por Sam Raimi, quien saltó al mainstream en 2002 con su trilogía de Spiderman −bastante irregular, por cierto−, aunque durante los ochenta y noventa se le conocía por sus divertidas películas de horror-comedia que rayaban en la estética de serie B, como Evil Dead I y II y Army of Darkness. Sólo con esa sensibilidad y frescura que tenía antes de ser tragado por la industria, podría Raimi hacer justicia a Baum, un escritor de ciencia ficción para niños con una mente-gabinete de curiosidades que, entre otras cosas, prefiguró los teléfonos inalámbricos, las computadoras y la televisión.