Todo comienza una noche en que Jeff aparece en casa de Ben sin avisar. Para festejar el encuentro y para mostrar a su viejo amigo algo distinto a su vida ordenada, Jeff lo lleva a una fiesta. En esta todos planean participar en un festival de porno para aficionados y la idea empieza a parecerse a una apuesta: Jeff y Ben se acostarán juntos, ante la presencia de una cámara… “Esto no es ni gay ni porno, es Arte”. Pero nada podrá detenerlos, salvo, posiblemente, la mujer de Ben, la heterosexualidad o ciertas cuestiones mecánicas.