Digámoslo pronto: la apuesta del director mexicano Everardo Gout es desvergonzadamente ambiciosa. Y muy efectiva en términos visuales y sonoros. Su ópera prima, Días de gracia (México-Francia, 2011), es una película cuyos temas son la corrupción policial, el secuestro y la decadencia moral de una sociedad lastimada. Algo, digamos, común. Para ello recurre a una puesta en escena dividida en tres historias que suceden en tiempos distintos aunque todas con un mundial de futbol como telón de fondo (los de 2002, 2006 y 2010), la Ciudad de México como punto de referencia geográfica y un puñado de personajes en diferentes procesos de su vida. Otra vez, algo relativamente común. Sin embargo, con la música hay algo especial.

Lo que destaca es la utilización de tres scores distintos, originales todos, para cada una de las divisiones temporales. Nick Cave y Warren Ellis trabajaron el periodo 2002 y delinearon lo que el propio realizador califica como los sentimientos y el viaje psicológico del policía Lupe Esparza (Tenoch Huerta). El oscareado Atticus Ross (por Red social) trabajó 2006 “en el sentimiento de miedo”. Y Shigeru Umebayashi –el autor de la música de películas como Deseando amar y La casa de los cuchillos voladores– creó la música para el periodo 2010.

“Para enlazar las tres diferentes líneas de tiempo juntos –explica Gout–, hemos utilizado tres versiones de la misma canción increíble: ‘Summertime’, interpretada por tres mujeres diferentes: Nina Simone, Janis Joplin y Scarlett Johansson, cuya versión es producida y arreglada por Robert Del Naja, Euan Dickinson y Tim Goldsworthy, de Massive Attack, los cuales también escribieron y produjeron la canción original ‘Permanent Shade'”.

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Tim Goldsworthy, quien estuvo en México participando en la promoción de Días de gracia, asegura que fue gracias a JR, un vanguardista artista gráfico francés para el que hicieron la música de un cortometraje, como trabajaron las canciones. JR vio en París un corte en edición de Días de gracia y, al oír que Gout utilizaba música de Massive Attack para un par de escenas, recomendó a los británicos participar en ella.

“Recibimos muchas propuestas pero casi todas son predecibles; pero cuando tienes una recomendación de un artista en el que crees, es porque tiene algo. La primera vez que nos reunimos nos explicaron los diferentes niveles y tiempos de la película. Y aunque no entendíamos lo que sucedía, pudimos entender la historia humana y entonces tomó sentido para nosotros y aceptamos. No habría ningún compromiso con el estilo Massive Attack, simplemente la hicimos cumpliendo nuestro instinto natural”, dice Goldsworthy.

Tras haber sido contactado por correo electrónico, el japonés Umebayashi elaboró su propuesta musical, la cual realizó a partir de un corte de trabajo que le fue enviado a Tokio. “Siempre trato de ver el otro lado de las situaciones. Tal vez no pude entender completamente todas, en especial algunas secuencias de situaciones muy del submundo mexicano. Pero mi guía era el guión y todas refieren, básicamente, a la humanidad. Algunas veces, cuando compones para filmes, las historias te llevan a ciertos estilos de música o conceptos. Las ves una y otra vez y ves qué puede funcionar, cómo te puedes ir. Y con base en eso puedes construir. Y creo que es una muy buena idea tener e tres compositores diferentes además de Massive Attack porque son todas facetas diferentes. Todas las secuencias musicales son esenciales”.

Y ninguno de los músicos se quedó en la obviedad. Goldsworthy, por ejemplo, no se concentró en la acción para los temas en los que participó. “La película, como la música de Massive Attack, es oscura, expresa ansiedad. Es naturalmente inherente a nosotros. Nuestra música no está estrechamente ligada a lo que ocurre, sino a lo que está de fondo. Y tampoco se basó en los bits o el lado más electrónico de lo que hacemos, sino que nos concentramos en todas esas emociones”.

“Sucede algo interesante –complementa Umebayashi–. Aunque somos tres compositores, cada uno entendió perfectamente su historia y el entrecruzamiento. Cuando a mí me dijeron que también estarían Atticus, Nick Cave y Massive Attack simplemente dije: ‘Oh, qué maravilla'”.