Por Miguel Rivera

Los zombies están por todos lados. Parece ser que la epidemia no acaba y con el éxito de The Walking Dead en la T.V. seguro tienen para rato. No es extraño, así como Godzilla se fundamentó en el miedo de un desastre nuclear en sus tiempos, los vampiros en la aversión a una exaltada sexualidad y los hombres lobo en nuestros instintos primarios, los zombies atienden a temores recurrentes de esta generación: anarquía, desensibilización humana y sobrepoblación mundial.

Así Warm Bodies retrata un ya típico mundo post apocalíptico donde hay dos tipos de zombies: los “bonies” que se asemejan a las velocísimas criaturas sin raciocinio que conocemos y los zombies que aún pueden razonar. Uno de este último grupo, R (Nicholas Hoult) se topa con Julie (Teresa Palmer), una adolescente sobreviviente del ataque zombie y empieza a sentir cosquillas en el pecho, una sensación templada que asemeja, a su sorpresa, un corazón latiente. Y es así, el amor es un virus contagioso que logra regresar poco a poco a los zombies a su estado natural como humanos.

¿Suena conocido? Romance monstruo (estúpidamente atractivo y pálido) con humana inocente que lucha por una utopía donde todos vivan en armonía a pesar del constante ataque de los del bando del muchacho. Y creías que te habías librado de Twilight… pero no me mal entiendan, la vergonzosa seriedad con la que se toman las películas de Crepúsculo no existe en Warm Bodies. Aquí el director Jonathan Levine tiene muy claro lo ridículo y cursi de su historia y es justamente esto por lo que funciona.

Es de zombies sí, pero es una comedia y una muy bien centrada en sus personajes principales. Llegamos a interesarnos en su historia, en el bienestar de su relación y la autocrítica en forma de comedia ligera que existe en los primeros dos tercios de la película hacen imposible que uno se burle de ella. Para la parte final te encuentras, entre sangre y cuerpos desmembrados, por supuesto, atento al desenlace de una cinta que si bien no va a cambiar la vida de nadie, sorprende por fresca, centrada y honesta.