Por Oswaldo Betancourt Lozano

Joss Whedon trató de superarse en la segunda reunión de los Avengers, hay más personajes, los sucesos tienen un alcance global y para logarlo se despliegan un sinfín de recursos, así como la implementación de varias sorpresas y rostros conocidos que no se limitan a cameos.

Esta producción no es explícita, pero a pesar de estar bajo el ojo de Disney – de ahí las referencias que hace Ultron de Pinocho – la película no oculta la violencia o la sangre como en otros proyectos de la compañía (léase cualquiera de Piratas del Caribe).

Prueba de ello es que la acción esta presente desde el inicio (la historia empieza en medio de una misión) y se mantiene, con algunos momentos muy por encima de otros. Esto sin perder de vista el humor, que se reparte de manera conveniente – la mayoría de las veces – a lo largo de las dos horas.

Tony Stark busca crear una fuerza que les ayude y, sin querer queriendo, crea a Ultron, una inteligencia artificial que sólo ve una opción posible para alcanzar la paz y consiste en eliminar a los Avengers junto con toda la humanidad. Así que el enemigo en turno se hace de dos aliados para lograrlo (QuickSilver y Scarlet Witch, también conocidos como Pietro y Wanda Maximoff).

Hay un balance notorio en la agrupación, jerarquía sigue ahí pero ya no está tan marcada. Ya sea de manera individual (sorprendentemente Hawkeye juega un papel central en esta entrega), en parejas (Banner y Stark haciendo un poco de ciencia loca, por ejemplo), ahora sí se nota que estamos ante un equipo integrado; aun cuando se expone su vulnerabilidad y surgen nuevamente conflictos internos.

Tal vez no es justo compararla con otras películas, pero en cuanto a equipos de superhéroes se refiere, no emociona de la misma manera que lo hizo X-Men Dias Del Futuro Pasado, o, dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, está lejos de llegarle a Guardianes de la Galaxia.

No sorprende la calidad de aspectos como los efectos visuales, el diseño de arte o el vestuario, elementos que en esta ocasión se sienten vacíos y denotan su función ornamental. Es como si Whedon se hubiera esforzado de más o hubiera hecho su trabajo por compromiso: apantalla y entretiene, pero le faltó corazón.

Ultron está muy forzado, es como un adolescente sociópata, inteligente, siniestro, demasiado visceral en su berrinches y sobrado en bromas; su perfil simplemente no cuadra. Además, dado su origen y habilidades, resulta incrédulo que no prevea ciertas acciones en su contra.

Los hermanos Maximoff se prestan más para empatizar con ellos, es más fácil comprender y aceptar su comportamiento que el del villano. Aunque el QuickSilver de Evan Peters es más simpático (quizás por eso le pasa lo que le pasa). En todo caso, de las nuevas incorporaciones Vision es el más accesible y el más prometedor.

Es entretenida, aunque extrañamente no tanto como uno espera. Esta entrega debía ser como el capítulo del viernes de una telenovela, pero resultó ser el episodio del martes, que tiene sus cosas pero contiene el entusiasmo para repartirlo en los siguientes días (en este caso las próximas películas individuales de Marvel: Ant-Man, Thor, Capitán América).

A pasar un rato agradable y nada más.