Por Alejandro Alemán

Paul

Haggis es de esos cineastas que despiertan sentimientos encontrados. Su

trabajo puede ir de la manipulación barata a base del melodrama casi

telenovelero (Alto Impacto,2004) hasta el retrato impactante y

desgarrador de las familias que han perdido a sus hijos en las absurdas

guerras de la administración Bush (In the Valley Of Elah, 2007).

Puede

ser tramposo pero convincente en guiones como el de Million Dollar Baby

(2004), emocionante e inteligente en la reinvención del mito de James

Bond (Casino Royale, 2006), o soso y banal en su adaptación del clásico

de Gabriele Muccino "L’ultimo Bacio" (The Last Kiss, 2006).

En Los próximos tres días– muy libre adaptación de la francesa "Pour

Elle" (Cavayé, 2008)- Haggis apuesta de nuevo por la manipulación

tramposa y un guión poco convincente que va del drama al thriller y

luego al cine de acción; pasando de uno a otro género con muy poca

gracia.

John

Brennan (un Russel Crowe, apenas cumplidor) es un maestro de

universidad casado con su esposa Lara (Elizabeth Banks), ambos padres

del pequeño Luke. La vida perfecta de esta feliz familia es truncada una

mañana que, con lujo de violencia, llegan unos agentes de la policía a

la casa de los Banks para arrestar a Lara, el cargo: homicidio.

A

pesar de que las pruebas contra Lara parecen sólidas, su esposo sabe

que ella no pudo haber cometido dicho crimen. Luego de "agotar todas las

vías legales", John, desesperado y al borde de la quiebra familiar,

decide planear el escape de prisión de su esposa.

¿Cómo

hace un profesor universitario para planear un escape de prisión?,

acude a la biblioteca, por supuesto. En esta historia, un personaje

llamado Damon Pennington (Liam Neeson, haciendo más que un papel, un

cameo) ha escrito algunos libros sobre como escapar de prisión, John lo

contacta y le enseña todo lo que debe saber.

Confieso

que hace un rato no me paro en una biblioteca pero dudo que haya una

sección de libros sobre cómo escapar de prisión. Tampoco suena muy

creíble que un profesor universitario pueda urdir un plan de tal

magnitud, con tal precisión y ejecutando las cosas con una pericia digna

de un héroe de acción del cine.

La

cinta además es engañosa, mediante una serie de flashbacks -nunca se

entiende desde la perspectiva de quién- el director siembra la duda al

público sobre si Lara en efecto es la asesina; en un intento artificial y

tramposo por crear cierta tensión en la trama.

La

sensación al final es que todo mundo nos ha visto la cara, la cinta

-cuyo trailer promete un film trepidante (la escena del camión en la

carretera)- resulta en una deficiente y poco emocionante cinta de

acción, en un thriller al que se le ven los hilos y un drama que

desperdicia dos buenos actores como lo son Russell Crowe y Elizabeth

Banks.