Por Selene Aparicio

Ganadora del Premio del Público del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), Los inadaptados es una película de comedia dramática dirigida por Jorge Ramírez-Suárez, Javier Colinas, Marco Polo Constandse y Sergio Tovar Velarde.

Como sus cuatro directores, la película gira alrededor de cuatro historias intercaladas que tratan con la vida de cuatro inadaptados. Un joven que esta harto de su vida y considera el suicidio, un geek que acepta una cita a ciegas con una mujer que conoció a través del internet y termina por ser muy conocida, un viejo deprimido que esta aburrido de su vida de anciano y decide asaltar un banco y un mujeriego que juguetea con varias novias a la vez pero no sabe como enamorarse.

Con un sentido del humor un poco peculiar e irónico, esta película tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, unas que sobresalen mas que otras. Para empezar, en algunas escenas la actuación es bastante mediocre, especialmente la de Luis Arrieta y Luis Ernesto Franco. Esto produce unas escenas tiesas, muy memorizadas y muy basadas en el guión lo cual le quita el sentimiento de fluidez de la vida real. Sin embargo, la filmación es muy buena lo cual le presta buenas tomas a la película.

Sin duda lo mejor de la película es la representación que ofrece de los humanos. Cualquiera de los inadaptados podría ser una imagen de nosotros mismos ya que todos hemos tenido nuestros momentos de ser marginados. Algunos somos inadaptados diario y otros solo por semanas, pero es algo que seguramente todos hemos vivido de una forma u otra.

El nivel de comedia de la película depende de la personalidad de cada quien. A ratos, es el tipo de humor que puede desesperar y luego el tipo de humor que te hace atacarte de risa solo mientras todos en el cine te voltean a ver raro.

Al final de cuentas, Los Inadaptados es una película sobre las emociones humanas. Los cuatro personajes principales son victimas de sus problemas personales que ellos crean y ellos mismos tienen el poder para solucionarlos, como suele ser para todos.

Vayan a verla para apoyar el cine nacional pero sin expectativas y simplemente con la idea de pasar un buen rato. Si no les gusta la película, mínimo acuérdense de la moraleja: todos estamos en el mundo para hacer nuestras propias historias de la mejor manera que podamos y en el transcurso de hacerlo, tenemos que sacarle provecho y sonreírle a los pequeños tropiezos que nos encontramos en el camino.