Las despedidas nunca son fáciles, pero llegan tarde o temprano y Hugh Jackman interpretó por última vez a Logan, un personaje con tanto peso en la franquicia de los mutantes que apareció en nueve películas, repartidas a lo largo de 17 años, de las cuales una tercera parte está centrada en él y ésta, sin duda alguna, es la mejor de ellas (bueno, tampoco es que X-Men Originis: Wolverine y Wolverine Inmortal fueran tan buenas).

Es un adiós digno y a la vez doloroso para todos los fanáticos de Wolverine, ya que la entrega de Jackman con el papel se nota, estamos ante un héroe venido a menos con sus poderes regenerativos en decadencia (tal vez el actor se pudo relacionar más con el rol por sus problemas de salud), pero igual lo vemos realizar alguno de los enfrentamientos más sangrientos que ha tenido en la pantalla, atravesando cráneos y desmembrando a sus enemigos desde el inicio, lo cual deja muy claro el tono que se mantendrá de principio a fin.

La historia se desarrolla en 2029, en una época en la que los mutantes están prácticamente extintos (de hecho sólo salen un par de ellos) y Logan cuida del Profesor Charles Xavier hasta el momento en que debe salir de su retiro para llevar a una niña, muy parecida a él, a un refugio antes de que la encuentre y atrape una organización.

James Mangold superó el trabajo que hizo al frente de Wolverine Inmortal (2013), pues en esta ocasión se permitió mostrar cuán atroz puede ser este personaje, a diferencia de sus otras participaciones, aquí la violencia es explícita e incluso incorpora un lenguaje fuerte, no es sorpresa que le hayan dado clasificación C (sólo para adultos).

Los otros dos roles con más peso le pertenecen a Sir Patrick Stewart, igualmente en su última iteración como el Profesor Xavier pero en su versión más senil, con un estado de salud delicado que lo hace peligroso. Dafne Keen debuta en la pantalla grande como Laura, la pequeña mutante salvaje que tiene mucho en común con el protagonista, desde su terquedad hasta su fiereza, compuesta por gestos y una expresión corporal agresiva que compensa su carencia de diálogos, su ejecución estuvo a la altura para hacer el relevo (si es que lo hay, seguramente sí) y es bastante simbólica la manera en que se despide de Logan.

Los únicos contras de la producción son los contados momentos en que los efectos visuales se notan por una calidad que no está a la altura del resto de la cinta. Además, esta road movie no cuenta con un antagonista lo suficientemente fuerte, es más una persecución que recurre a un recurso un tanto desesperado para oponerse a Logan, pero igual funciona

Algo más trivial pero que resulta en sorpresa para nosotros es una presencia importante de México, ya sea desde el origen de la trama, a un personaje secundario y extras. En pocas palabras, la película y última encarnación de Jackman como Wolverine es entretenida y cumple con las expectativas.