Isao sólo tiene diez años y sabe que es gay. También sabe que su condición le puede traer muchos problemas con el mundo. Lo que Isao ignora es que un accidente está a punto de enviarlo al limbo: un lugar alucinante y misterioso, un laberinto que une al cielo con el infierno y a la muerte con la vida. Ahí, deberá tomar la decisión más difícil de todas: aceptarse o morir en el intento.