Por Ira Franco

(Tres de cinco estrellas)

El erotismo siempre habita en las películas del veracruzano Ernesto Contreras, pero esta vez es explícito y sin falsa moral, sus personajes se entregan al amor arrebatado, adulto, del que sabe que las promesas se quedaron en otra edad.

El guión de su hermano Carlos Contreras explora el triángulo amoroso dentro del ámbito familiar: sus personajes, Igor (José María Yazpik) y Flora (Cecilia Suárez), no aceptan del todo la inercia de su matrimonio, pero no saben qué hacer hasta que una madre divorciada (Irene Azuela) le ofrece a Igor una relación de sexo apasionado y con ella, una válvula de escape.

Una cinta interesante, si bien tiene un elemento que distrae: las profesiones de sus personajes. Cuesta creerle a Cecilia Suárez que es una sirvienta y esposa sumisa, casi tanto como creerle a Irene Azuela que sirve cafés en un corporativo. Yazpik, un actor más arriesgado, está más en su centro como peón.

De cualquier forma, Contreras hace bien su trabajo y mantiene un tono crudo, sobrio para una historia en la que no se venden esperanzas falsas y en la que los personajes son los últimos que se enteran de lo que les ocurre.

(Drama, México, 2014, dir. Ernesto Contreras, con José María Yazpik e Irene Azuela)

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