Liso, un joven de clase media alta que ha estado internado en un hospital psiquiátrico, sale para reencontrarse con su familia, pero la situación no es nada fácil. Con una madre dominante y un padre ausente, Liso parece sentirse más cómodo al lado de Sonia, la empleada doméstica de origen boliviano que trabaja en la casa; y con su abuela, con quien comparte largos paseos en moto. A través de una apuesta minimalista e íntima, Santiago Loza construye un melodrama de cámara que escarba en la sensibilidad de sus personajes.