En Shutter Island, Scorsese se ha
reconstruido a sí mismo y al género de suspenso. Con una estética (muy bien
reforzada por la música) basada en la vieja escuela, nos envuelve con escenas
que recuerdan a Hitchcock, un poco a Kubrick y en una parte a sus trabajos anteriores
como Cabo de Miedo.

La historia gira en torno al
Marshall Teddy Daniels (Di Caprio), quien acompañado por Chuck (Mark Ruffalo),
logra misteriosamente conseguir investigar el caso de la desaparecida Rachel
Solando, una peligrosa mujer que ha escapado del Hospital Ashecliffe situado en
la isla. Pero mientras más avanza la investigación empiezan a surgir nuevos
cuestionamientos como la verdad sobre ese lugar, su misma presencia en él, su
estado mental e inclusive nuestro propio estado mental como espectadores.

La gran adaptación por parte de
Laeta Kalogridis, logra que desde un principio nos sumerjamos en la psicología
del personaje principal, a un paso similar que el libro igualmente titulado
Shutter Island, escrito por Dennis Lehane (también autor de Mystic River y
Gone, Baby, Gone, ambas llevadas al cine).

Es una película que vale la pena
ver una segunda vez, para ubicarnos fuera de los ojos de Teddy y descubrir las
pistas que se nos fueron en la primera. Pero eso sí, nuevamente les recomendaría
que ignoren el trailer y el póster que poca justicia le hacen al filme.

Lats/ Cinerex