Por Oswaldo Betancourt L.

La India María llega más mexicana que nunca, pues su personaje, además de ser originaria de nuestro país, es ni más ni menos que La hija de Moctezuma, bueno, si nos ponemos estrictos es su nieta en realidad.

En esta aventura la India María debe buscar el poderoso espejo negro de Tezcatlipoca por orden desu bisabuelo Moctezuma Xocoyotzin, para evitar la destrucción de México. El problema es que además de ella, hay otras personas interesadas en el poder de este objeto prehispánico.

Pasaron 15 años desde Las delicias del poder (1999) pero el regreso de este emblemático personaje de María Eugenia Velasco no ofrece nada verdaderamente novedoso, esto dicho para bien y para mal. Se mantiene el mismo tipo de humor, así que si has visto (parte de) su filmografía ya sabes por donde va la cosa, factor que puede quitarle atractivo porque ofrece lo mismo de siempre; mientras que el cambio podría molestar a los más puristas.

Esta comedia tiene entre sus filas a grandes personalidades de la comedia como Rafael Inclán, Ernesto Manzano y Raquel Garza, encargados de las bromas y los momentos simpáticos. El problema es que algunos de los chistes parecen viejos porque tienen su origen en el sexenio de Vicente Fox, específicamente frases como “Cállate chachalaca” o “Comes y te vas”, rematando con el personaje del presidente con bigote y toda la cosa, muy parecido a Fox.

Otro elemento en su contra es la duración, son casi dos horas que podrían reducirse a hora y media y no afectaría demasiado la historia.

Durante los créditos finales hay dos canciones chistosas. La primera toma elementos de música tradicional mexicana y en la segunda la India María se rifa un rap, estos elementos hacen un buen cierre.

Lo que más vale la pena destacar de la película son los efectos visuales, que por momento muestran un gran avance en este terreno en la industria mexicana, pero también tiene sus caídas.

Veredicto: Si te gustan sus películas probablemente la disfrutarás, de lo contrario te la puedes ahorrar.

Pilón: Iván Lipkies dirige por tercera vez a su madre, quien ha interpretado en más de diez ocasiones este personaje.