Por Oswaldo Betancourt L.

¿Qué sabes de Melchor Ocampo, además de que es el nombre de un par de calles en la capital?

Hacer la película de un personaje histórico nacional no es tarea sencilla, menos si no es tan conocido como Miguel Hidalgo o Pancho Villa. Este tipo de producciones es un arma de dos filos que puede salir mal (Zapata El sueño del héroe, por ejemplo) o resultar en algo agradable, como es el caso de Huérfanos.

La película muestra a Melchor Ocampo en tres facetas distintas:los últimos días de su vida, su paso por la política y su vida privada, cada una de estas partes es intensa a su propia manera, todas están hiladas perfectamente gracias al guión de Hugo Hirirat y tienen el metraje que se merecen.

En la primer historia, Ocampo es capturado y lo llevan a su ejecución, en el transcurso convive con su captor y recuerda su vida. En su faceta como personaje histórico vemos su importante paso por la Reforma. Su vida privado, la otra cara de este personaje, es muy pasional: Huérfano desde siempre, fue criado por Anita, una niña que le llevaba un par de años, quien después sería su amiga y, más tarde, su amante; su relación es muy compleja.

Visualmente está muy bien ambientada. La producción hizo un excelente trabajo en el departamento de arte: los escenarios, los vestuarios, las locaciones, todo te remite a la época del siglo XIX. Quizás se lea exagerado pero haypaisajes que deleitan la pupila, gracias a la buena fotografía de Sebastián Hirirat.

Las actuaciones están a la altura del proyecto. Dolores Heredia estuvo nominada al Ariel en la categoría de Mejor actriz por este papel, y no hay rastro en la interpretación deRafael Sánchez Navarrode su paso por la televisión.

Por momentos parece que la duración de la cinta se prolonga más de lo que debería, efecto de su propio ritmo, pero no se hace pesada, menos si te interesa el personaje o la temática. Es una cinta con virtudes, aunque generalmente la gente no se inclina por este tipo de cine, así que habrá que ver cómo le va en taquilla.