Por Carlos Arias

¿Qué le pasó a Nicolas Cage? Es posible que todo aficionado al cine tenga en su lista dorada de películas favoritas alguna en la que aparezca este actor, el sobrino de Coppola que saltó a la fama con La ley de la calle (Rumble fish, 1983). Sin embargo, desde hace algunos años que Cage parece dedicado exclusivamente a hacer sonar la campanita de su caja registradora, con películas que parecen simples entretenimientos para recabar algunos dólares… y lo de entretenimiento está en duda.

Este es el caso de Furia implacable (Rage, 2014), un thriller que recupera varios de los recursos más conocidos del cine de acción. La película tiene también el título alternativo de Tokarev, en referencia a una pistola automática de fabricación soviética que llega a tener alguna relevancia en la trama.

Dirige es español Paco Cabezas, en un estilo que parece querer acercarse al modelo de las cintas acción de los 80. Por ahí anda Danny Glover, el “pareja” de Mel Gibson en Arma mortal (1987), lo cual junto con Cage parece la realización del sueño del director de entrar al “gran cine” de Holywood, aunque en este caso con resultados sumamente menores.

Vamos a la historia: Nic Cage es Pula Magullare, un hombre de negocios con cadillac negro, traje negro, brillante cabellera negra y… negro pasado. Hace 15 años que dejó atrás una carrera criminal y está dedicado a los negocios honestos de la construcción, que le permiten codearse con los más o menos honestos políticos locales. Tiene además una hija de 16 años, Caitlin (Aubrey Peebles), y una esposa que podría ser la hermana mayor de ésta, Vanessa (Rachel Nichols).

El caso que es alguien de su pasado ha decidido tomar venganza por alguna historia antigua y secuestra a Caitlin, con lo que Cage enloquece de furia y rearma a un viejo equipo de criminales retirados para enfrentarse a los tiros con una banda de criminales.

Generalmente no es mala idea dedicar una hora y media a una película de tiros y de acción. Sin embargo en este caso la premisa argumental empieza a irse por las ramas y a acumular innecesarias “sorpresas” argumentales, mientras que el director parece convencido de estar haciendo una obra maestra de profundidad, con lo cual desperdicia la oportunidad de introducir algún detalle de humor que hubiese salvado la situación.

En suma, una película de acción que difícilmente consigue responder a las expectativas del género. En cambio, la película acumula situaciones cada vez menos creíbles y largos diálogos que se presumen profundos, rumbo una supuesta revelación final.