Hay películas que son capaces de conmover a cualquiera, que nos hacen valorar las pequeñas cosas de la vida.Cambio de Planes, de Paco Arango, es una de ellas. Nos cuenta la historia de Antonio, un niño con cáncer que llega a cambiar la vida de muchas personas en su camino. Conmovidos por la historia, nos lanzamos a platicar con Paco, quien nos contó todo lo que hay detrás de esta cinta, cuya crítica pueden leer aquí.

¿De dónde salió la idea deCambio de planes?

Llevo desde el año 2000 trabajando como voluntario con niños con cáncer. Empezó como una actividad de voluntariado una vez a la semana y poco a poco me fue comiendo la vida para bien. En el 2006 hice mi propia fundación, que se llama Fundación Aladina, y al día de hoy cuidamos a más de mil niños al pie de cama en España. Entonces en el 2008 decidí que quería hacer una película para contar lo que había visto y aprendido.Puedes pensar que una película sobre niños con cáncer es triste, desolada y de desesperación, pero es donde más puedes encontrar la alegría y el amor en estado puro.Entonces le pedí permiso a Antonio, que era un amigo mío, un chico canario, como en la película, de 15 años, de basar la historia en él. Mientras yo escribía el guión, se lo iba contando y él me iba haciendo peticiones. Me decía “Oye, Paco, méteme una novia. Tengo que tener novia” entonces metimos al personaje de la novia. Lo increíble de esta historia es que en mi guión, Antonio tenía que fallecer pero no sabía cómo cóntarselo porque sabía que se iba a enfadar. Desafortunadamente un virus que tú y yo matamos con un antibiótico se lo llevó en marzo, dos meses después de acabar mi guión, entonces, la película ha sido un poco, desafortunadamente, premonitoria. Pero todo lo que te estoy contando es lo que llevó y me inspiró a hacer la película.
En el personaje de Antonio, el 80% de lo que dice, lo dijo de verdad. Pero hay cosas de su personaje que incorporo de otros niños. En la vida real, Antonio no tenía una mamá soltera, tenía un papá que no tenía esposa. Pero yo he visto mucha mamá soltera en los hospitales y he visto lo mal que la pasan, y quería contar esa realidad.

Precisamente algo que resalta en tu película es que incluso los personajes secundarios son muy complejos y tienen sus propios problemas: relaciones de pareja, falta de comunicación, soledad, ¿en qué te inspiraste para estos personajes?

Justo acabas de dar en el punto de la película. Yo quería hacer una película, no de Manolo, no de Antonio. Quería hacer una película donde Antonio iba a salpicar de una forma increíble en unas Navidades la vida de un montón de personajes que tienen ciertas carencias. Mi mensaje es que con que rasques un poquito en la piel de cada humano, todos tenemos nuestros problemas y todos tenemos nuestras tristezas y complicaciones, pero que cuando te topas con un niño enfermo que quiere vivir, y que es tan lúcido, de repente tu vida toma una perspectiva más ajena y pones lo importante en lo importante y lo demás pasa a segundo plano.

Dicen que cada escritor se plasma a sí mismo en sus obras, ¿con qué personaje de Cambio de planes te identificas más?

Con Manolo. Antes de empezar a trabajar con niños con cáncer yo era feliz por acontecimientos: por una novia, por una chamba, por un logro, por unas vacaciones. Esa era mi felicidad, estaba basada en circunstancias que venían a mi vida. No sabía ser feliz por el mero hecho de ser feliz, yeso es lo que he aprendido con los niños.Entonces, acentúo eso en Manolo, obviamente, que es un tipo que le dicen: “Del 1 al 10, ¿tu felicidad? “un 3, pero ya estoy acostumbrado”. La vida es como una mierda, que si no la mueves mucho, no te enteras. Hay un montón de gente así, yo les llamo astronautas. Es lunes y de repente es jueves y no sabes ni qué pasó martes y miércoles. En eso yo me reflejaba mucho. Todavía me queda un montón por aprender pero ya no soy un astronauta.

Siendo ésta tu primera película, ¿cuál fue tu principal reto?

Yo tenía tres proyectos sobre la mesa. Éste, claramente, no era el más comercial. Era un poco como ver La vida es bella. Yo te digo “vamos a ver la película de un tipo que acaba en un campo de concentración con su niño de seis años”. Vas a pensar que estoy loco al querer ver algo tan triste, y luego la ves y es todo lo contario. El mayor reto era decir “¿Cómo en tu primera película te la juegas con un tema tan complicado?” Pero el motivo es que yo tenía que contar esta historia. Yo tenía que dar testimonio de lo que he vivido.

Existen muchas películas qué hablan de cáncer. ¿Por quéCambio de planeses diferente?

En primer lugar porque es una historia real. Pero también porque no es una película del cáncer, es justamente lo opuesto. Es lo que ocurre de maravilloso alrededor de lo horrible del cáncer. Yo no quiero hacer llorar a nadie, y si te fijas en la película cuando te pega la tristeza, a los pocos segundos te entra una risa por algo. Y eso es muy importante, porque lo que yo he visto en el hospital es que los momentos de tristeza son muy pocos, incluso los más duros, porque siempre predomina la alegría. Cuando se enteran los papás de que el hijo tiene cáncer, es el peor momento de todos. Y esta es la conversación que tengo con ellos: “Mira, el peor día de toda la estancia de tu hijo en el hospital es ahorita mismo. Si el cáncer se llamase regaliz, ya tendrías otra perspectiva del tema.” Tenemos tantas cosas asociadas con la palabra cáncer que entramos en una espiral. En mi película el cáncer es un personaje más, pero me niego a que sea el protagonista.

En la película aparece El Alquimista de Paulo Coehlo. ¿Qué significa ese libro para ti?

Lo que predomina en la cinta son las coincidencias, estoy hablando de coincidencias al borde de lo surreal. Cuando trabajas con niños con cáncer, y no lo digo yo, lo dice todo el mundo de mi entorno, nos pasan cosas increíbles. Por ejemplo, estábamos recaudando dinero para remodelar un centro de transplantes de médula ósea en España. Habíamos recaudando como un millón de dólares para hacerlo. Cuando yo se lo comunico al hospital, en España fue un notición, pero yo me tuve que ir a Nueva York. Llego a Nueva York y me marca el director del hospital y me dice “Oye, Paco, mira: vámonos a Valencia porque ahí hay un hospital padrísimo. A ver si lo podemos copiar para hacer algo parecido aquí en Madrid”. Yo digo “Pero mira, me agarras en Nueva York. Llegué ayer, y si quieres a la vuelta nos vamos a ver ese centro”. A la media hora bajo a comer a la barra del hotel. Estoy hablando por teléfono y el de al lado resulta que es español y empezamos a hablar. Resulta que era un médico y al final de la conversación le digo: “¿y de dónde eres tú?” y el me contesta que es de Valencia. “Qué coincidencia”, le dije. “Me acaban de decir que tengo que ir allá la semana que viene a ver un centro”. Le conté cuál y se puso blanco. “¿Sabes a quién vas a ver en Valencia? Vas a ver a mi hermana, que hizo ese centro”.
Cuando le contaba a mis actores esto me miraron con cara de loco. Me enojé como de broma. Ibamos a rodar un día en Canarias- que fue el útlimo día de rodaje- y dije: “Cuando vayamos a Canarias va a haber un arcoiris impresionante y esa va a ser la coincidenicia por parte de Antonio para todos nosotros. En Canarias no llueve. Llega el día de rodaje, 6 de la mañana: nos rodearon 6 arcoíris. La lente que yo tenía no era apta para captar arcoíris pero lo tengo en el iPhone. A mí me habían regalado El Alquimista como tres años atrás y me había encantado. No sólo el libro, que es un cuento precioso, sino que la filosofía de Paulo Coelho es maravillosa. En ese libro había una palabra que se llamaba maktub, que en árabe quiere decir coincidencia divina.

¿Con qué mensaje quieres que se quede la gente al ver esta película?

Quiero que salgan con unas ganas de vivir más grandes, con una ilusión renovada para afrontar la vida, que a veces es muy difícil, y que valoren lo que tengan. Quiero poner mi miguita para que todos seamos mejores personas.