Por Josue Corro

George Clooney no puede solo. No se puede esperar que su encanto, ese carisma

de viejo actor hollywoodense, sea suficiente para cargar con el peso de una

película. Claro, ya lo ha hecho antes: Michael

Clayton, Syriana e incluso Amor sin escalas

basan el 80% de su fortaleza en su mirada taciturna, en este

complejo de hombre solitario que enfrenta al mundo con su cabello gris y

sonrisa cínica. Pero esta vez, en el Ocaso

de un asesino,

Anton Corbijn lo deja sin argumentos técnicos, para rescatar un film

donde la soledad no es un motivo de introspección, sino de aburrimiento.

Aunque tal vez, esa es

la intención de Anton Corbijn (Control):

presentar al personaje de Clooney, Jack, como un asesino solitario, un

pistolero errante, una especie de samurai que cabalga en el anonimato. Pero hay

algo que le falta a la cinta para tener un guión decente, o mejor dicho, le

sobran muchas cosas.

Desde la primera secuencia en que Jack tiene problemas homicidas en un

escenario gélido en Suecia hasta que llega a esconderse a un pequeño pueblo

italiano –¿qué esta trama no la vimos hace años en In Bruges?–, parece que la historia se centra en un hombre con

problemas sociópatas… pero entonces conoce al padre de la iglesia local, se

enamora de una bella prostituta y empieza a construir un rifle especial para

una dominatrix rusa. ¿Qué le sobra? El anticuado cliché de redención espiritual

a manos de un cura y unos quince minutos donde Clooney y Corbijn no dicen nada,

sólo hay tomas de la campiña italiana o peor aún: largas pláticas acerca de

cómo fabricar un arma de alto calibre.

Entre todas estas fallas, el ojo artístico de Corbijn fluye

naturalmente –no por nada es uno de los fotógrafos y videoastas más reconocidos

en el mundo de la música–: toda esta letanía de monólogos, y ambiente de

“el-último-trabajo-y-me- retiro” es retratado con estética y un juego de luces que

proyectan el estado de ánimo del protagonista. Aún así, no se espera que de una

cinta de Corbijn y Clooney, lo mejor sea un elemento técnico. Eso sería tan

interesante como ver a Jason Bourne en un retiro espiritual. Que es lo que El ócaso de un asesino representa.