Buscando que el cinematógrafo tuviera un lenguaje propio que lo distanciara del teatro y la literatura, el cineasta Dziga Vertov realizó este vanguardista documental. Con ayuda de un excelente montaje visual, el filme consigue extraer de la realidad de su momento imágenes de fuertes reminiscencias surrealistas para reflexionar sobre las consecuencias de la modernidad. Así, Vertov convirtió el ojo de su cámara en un instrumento que captura la esencia misma de la vida.Musicalización en vivo a cargo de Alejandro Otaola.