PorAlejandro Alemán

En uno de los mejores momentos de El General -el

documental de la joven cineasta Natalia Almada sobre su bisabuelo, el

General Plutarco Elías Calles- la directora se pregunta con sinceridad

apabullante si su bisabuelo será también parte de esos parásitos

(políticos) que el pueblo tanto odia.

La

sola pregunta refleja muy bien el tono de este documental que nunca

pretende dar lecciones de historia a nadie, pero tampoco ser una especie

de expiación familiar. Se trata más bien de un juego de espejos a

partir de la problemática nacional de aquellos días comparada con el

México actual.

Este

trabajo, premiado en la pasada edición del Festival de Sundance, se

construye a partir de una serie de audios grabados en 1978 por la hija

del General Calles, donde da cuenta de su experiencia al vivir el poder

tras bambalinas. Usando

voz en off, y siempre a partir de las conversaciones grabadas por su

abuela, Natalia hace paralelismos entre la situación actual y el México

post revolucionario, sólo para encontrar que en muchos casos los

problemas nacionales siguen siendo los mismos.

Así,

la directora encuentra las similitudes entre los conflictos post

electorales de aquella época ("No a la imposición"), con los de ahora

("El presidente espurio"), el repudio hacia los gobernantes en aquel

entonces (las caricaturas en los periódicos) con el de ahora (las

máscaras de Salinas), así como las demandas por la desigualdad, la

pobreza, la carestía, el hambre.

Este

"recorrido" por la idiosincrasia nacional es aderezado con

entrevistas a diversos personajes urbanos (el taxista, el organillero,

el vendedor de capas para la lluvia en un mitin de López Obrador) y con

fragmentos de películas que hablan de México y lo mexicano, desde "¡Qué

Viva México!" de Eisenstein, hasta "Si yo fuera diputado" de Cantinflas,

pasando incluso por el Zapata de Marlon Brando.

El

documental va de menos a más; al principio no quedan claras las

intenciones de la cineasta y su juego de proyecciones entre el presente y

el pasado no funciona en todas las ocasiones. Pero la imagen

melancólica del México actual reflejado en el pasado, se vuelve al final

emotiva y triste.

Un

documental histórico pero con una estructura diferente y una sinceridad

que le permite reconocer que nunca habrá una versión final y objetiva

sobre el General Calles. Es también la historia de una familia que vivió

el poder detrás del poder y a la que aún le duele el escarnio, la burla

y el llamado juicio histórico, mismo que no siempre resulta del todo

justo.