Por Jaime @_azrad

Después de una serie de dramas profundos y elaborados, John Madden agregó un tono de comedia a su estilo y se aventuró hacia nuevos lugares; aunque la estructura de El exótico hotel Marigold es meramente dramática, los detalles cómicos y la contraposición de actitudes ante la vida la convierten en una feelgood movie bastante entretenida.

El reparto es de primera, y desde hace varios años Madden no escatima en cuanto a talento actoral (aún recordamos Al filo de la mentira [2011] con Helen Mirren, Tom Wilkinson y la recién estrenada en Hollywood Jessica Chastain), y ahora nos trae un elenco de grandes.

Maggie Smith, Judi Dench y Bill Nighy se unen al director –que repitió a Wilkinson en esta cinta– para hacerle su trabajo mucho más fácil. Sin necesidad de muchas palabras, ningún tipo de gesticulación exagerada ni situaciones llevadas al límite, este grupo de actores nos entregan personajes totalmente creíbles mientras, con la mayor facilidad, nos cuentan cómo cada uno de ellos decide pasar su vejez en un hotel de retiro en la India.

Las realidades de una pareja que perdió la chispa, una mujer que enviudó hace poco, un hombre en eterno duelo de su juventud y demás personajes en busca de un giro en sus vidas, se mezclan con la muy intensa energía de un joven cuyo anhelo está en restaurar el hotel en el que todos se hospedan, y que heredó de su padre.

Las historias que se entrelazan en la trama son más de las que pudimos contar, y quizás allí radique el problema de esta cinta: son demasiados personajes, demasiadas anécdotas, demasiados propósitos; las situaciones llegan a diluirse por el poco tiempo que tienen en pantalla y porque, entre saltos de una a la otra, es fácil olvidar qué pasa con cada una.

Divertida, especialmente para quien disfruta del humor inglés, esta película es ideal para pequeños momentos de reflexión sobre, pues… lo que cada uno escoja.