Basado en sus propias experiencias, Ermanno Olmi —heredero del neorrealismo italiano— aborda en este filme la situación laboral de la Italia de los años 60. En este contexto desarrolla la historia de dos jóvenes que se conocen durante las pruebas para entrar a trabajar a una empresa. Éste, su segundo largometraje después de El tiempo se ha parado (1959) lo dio a conocer a nivel internacional y le mereció en 1961 el Premio de la Crítica Italiana en el Festival de Venecia, entre otros reconocimientos.