Por Verónica Sánchez Marín

Lo mejor de la película es el apellido del director: Megaton. Y es queBúsqueda implacable 2(Taken 2, Francia 2012) de Olivier Megaton es la prueba fehaciente del dicho que reza que segundas partes nunca fueron buenas. Si en la primera secuela el director Pierre Morel logró convertir a Liam Neeson, casi llegando a los sesenta, en un héroe de acción —actor que, contra todo pronóstico, rompió con su imagen para reafirmarse como tipo duro al más puro estilo Charles Bronson—, también consiguió que la cinta fuese considerada un buen thriller de acción, de culto. Sin embargo, en esta historia Megaton no supera ni el tema de la primera ni las dinámicas del relato, por lo que firma una historia lisa y llana.

EnBúsqueda implacable(Francia, 2008), la hija del protagonista, un ex agente de la CIA, era secuestrada por un grupo mafioso albano, a los pocos minutos de pisar suelo francés, por lo que el padre va y la rescata, matando de paso a los malos de la cinta. Estratégicamente el tema de la trata de blancas articulaba todo el relato, justificando cualquier salida de tono del guión.

Aquí el tema es la venganza y se cambia el escenario –París por Estambul–, con Bryan Mills (Liam Neeson) ejerciendo de presa y su hija actuando como heroína improvisada. Todo desemboca cuando Bryan, su ex esposa Leonore (Famke Janssen), y su hija Kim (Maggie Grace), se encuentran en Estambul para un viaje que junte de nuevo a la familia, pero se topan con el padre de los albanos asesinados en la película anterior, que busca venganza. Los padres de la chica son secuestrados, y Maggie, a través de una serie de instrucciones dictadas por Bryan desde un móvil, logra rescatar a sus padres.

Por desgracia, el interés de la propuesta acaba de hundirse por la inverosimilitud del guión de Luc Besson y Robert Mark Kamen, por lo queel resto es acción rutinaria en la que el público, de antemano, supone que el protagonista se convertirá de nuevo en el héroe. Y así sucede. En resumen, no hay sorpresas.

Megaton tampoco logra conectar el vínculo entre personajes y espectador. Pero sí se destaca en las escenas de acción, que le dan el ritmo necesario a la película, por ejemplo, como desenlace de la confrontación final con los albanos, casi al final de la cinta, un baño turco es el ring en el que se decide la condición de redentor del personaje de Liam Neeson. La caracterización de Neeson convence gracias a esa aura invencible de tipo rudo, sin sensibilidad, pero efectivo en el campo de batalla.

Y es que la presencia del actor —abandonado de un tiempo para acá a los filmes de acción como “Battleship”, donde compartió cartel con Rihanna, o “Furia de titanes”—, como cabeza de reparto de la producción es el gancho para atraer a un público conocedor de sus capacidades histriónicas, que esperan un film a la altura del original.

Sin embargo, Búsqueda implacable 2se queda en un film aceptable que cumple sólo con su tarea de entretener.