PorJosue Corro

Probablemente

la única referencia que tengas de Brigada A – Los Magníficos, es que fue la

serie que llevó a la fama a Mr. T. No te preocupes, esta cinta no

pretende hallar un balance creativo entre el show ochentero, lo único

que le importa a esta cinta, es que llenes sus arcas con mucho dinero de

taquilla.

Y vaya que

lo necesita, porque todo el PIB de un país caribeño se fue en el presupuesto de

los FX del film: explosiones, helicópteros, más explosiones, peleas,

barcos hundidos… En promedio, cada dos minutos existe un derroche de dólares en

parafernalia. Y lo aclaro: no está mal, siempre y cuando tenga que aportar algún

legado coherente a la película, y no sólo como capricho de la industria del blockbuster.

Obviamente

en Brigada A, el guión y la trama son tan importantes como cualquier otro

deporte durante el Mundial de futbol. Por lo que entendí,entre tantas persecuciones

(ni hablar de una escena tan inverosímil

que al final sólo puedes reír: un tanque navegado mientras cae en paracaídas),

es que cuatro militares son encarcelados injustamente y traicionados miles de

veces. Aún así son fieles a su país y tratan de limpiar su nombre y cumplir una

misión absurda.

Total este

equipo viaja por todo el mundo, mientras son "cazados" por una sexy oficial. La

última secuencia de acción es algo que nunca había visto: es espectacular, pero

no en un sentido memorable, sino porque es un exceso de mal gusto (y no diré más

para evitar spoilers) y de giros de tuerca tan predecibles que hacen ver a M. Night

Shyamalan como el mejor guionista del universo.

Pero con

todas estas fallas, hay algo que vale la pena: la química entre los cuatro

protagonistas: Liam Neeson, el líder sabelotodo; Bradley Cooper el galán matón;

Sharlto Copley, el loco jocoso, y El Mr T de 2010, el fortachón con corazón de

pollo. Es lo mejor de la cinta, y es la única razón por la cual habrá una

secuela.

La cual

deberías ir considerando… así como una buena dosis de aspirina para soportar el

dolor de cabeza.