Que bien es que haya una historia de ficción que retrate una realidad tan lastimada como la de Ciudad Juárez.

El argumento es visto desde dos distintos puntos de vista: desde la lucha de Blanca, por tratar de descubrir qué es la verdad, de dónde vienen los asesinatos y sobretodo por desenmarañar las redes de corrupción. Por otra parte se sigue de cerca la vida de las trabajadoras de la maquila como Juana, una migrante chiapaneca que llega a Juárez. Vemos el proceso de transformación de una mujer tímida a una confidente. En este proceso conoce a un joven del cual se enamora (y al que le dicen Oaxaca) que al final de cuentas, cambiará su vida.

Lo único un tanto ridículo es la función que tiene un conductor de radio, como si fuera un Pullitzer o si la gente no comiera ni durmiera por escucharlo. Supongo que fue capricho o romanticismo exagerado de Sabina Berman.