Por Carlos Arias

Desde su debut en la década de los 90, Hollywood sabía que Sandra Bullock sería la una nueva actriz “sexy y divertida” del cine estadounidense. Aquella “chica de la puerta de al lado”, guapa y simpática pero sin pretensiones de diosa inalcanzable, que podía ser la amiga con la que el héroe se terminaba casando al final de cinta.

Sin embargo, tras probar suerte en el thriller, drama y en la “comedia romántica”, fue en las comedias de golpe, porrazo y persecusiones donde la actriz de la cabellera negra consiguió sus mejores resultados.

Ahora está de vuelta, con más de 40 años encima, sin pretender disimularlos, y con toda la efectividad de la comedia de acción. La película de la que hablamos es Chicas armadas y peligrosas (Heat, 2013), dirigida por Paul Feig, una comedia de mujeres fuertes en torno a dos chicas policías que le disparan sin miramientos en la entrepierna a los criminales y que muestran su lado poco amable cuando se trata de imponer la ley y combatir la corrupción.

Bullock es Ashburn, una reprimida y ultra arrogante agente del FBI, quien llega a Boston para investigar a un misterioso jefe narco. Para ello debe colaborar a regañadientes con una temible mujer de la policía local, Mullins (la comediante Melissa Mc Carthy), quien no solo está algo subida de peso, sino que además muestra ser un peso pesado cuando se trata de perseguir hombres en conflicto con la ley.

Como el jefe del FBI aparece el mexicano Demian Bichir, aunque hay que apuntar que su personaje es más bien secundario y no resulta relevante, aparte de la grata sorpresa que es su aparición para el espectador local.

Las estrellas son solamente las chicas. La cinta se inscribe claramente en el género del “buddy film”, las películas de amigos policias en permanente conflicto, que alcanzó su era dorada en los años 80 con Mel Gibson /Danny Gloover (Arma mortal) y con Eddie Murphy /Nick Nolte (48 hrs.).

Pero lo que en aquellas películas era amistad y complicidad masculina, aquí se vuelve un juego en torno de los estereotipos femeninos. Esta vez se trata de dos mujeres de personalidades completamente opuestas, dos policías feministas, convertidas en la versión con faldas de los héroes duros del cine de acción. Se emborrachan, persiguen a hombres infieles, clientes de prostitución y narcos, y se enfrentan a balazos y granadas contra los más duros criminales y policías corruptos.

Se trata, a fin de cuentas, de una comedia para disfrutar sin sobresaltos ni violencia excesiva, pero tampoco para arrancar grandes carcajadas. Una explosión de complicidad y química entre ambas actrices, y pensada sobre todo para los seguidores de Sandra Bullock, que sin duda son muchos.

La película se estrena en México como una apuesta fuerte con miras a la taquilla, que incluye 500 copias a nivel nacional.