Por Oswaldo Betancourt L.

Los vampiros y los zombies han ido un poco a la baja en la producción de largometrajes, y su lugar parece haber sido reconquistado por los poseídos (humanos u objetos). Lo malo de este tipo de películas es que ninguna está cumpliendo (El llanto del diablo, por ejemplo).

Desde que se anunció este spin-off se generaron muchas expectativas, lamentablemente no es ni la mitad de lo que fue El Conjuro. Tan no da miedo que hasta puedes contar con los dedos de una mano los momentos en que te “espantan”.

¿Te acuerdas de ese capítulo de Los Simpsons donde Homero ve el tráiler de una película y cuando se la ofrece para rentarla le dice al empleado que para qué si ya vio lo mejor? Algo así pasa acá, el avance quema las mejores partes, sólo faltaría que supieras el final para no desperdiciar un rato de tu vida.

El guión es flojo, las actuaciones son planas y llega un punto en que te cansas. Es difícil rescatar una cosa, quizás se salva el intento de ir más allá y muestran algo más, basta decir que Annabelle no está sola, pero ni echando montón mejora la película.

Veredicto: Una tremenda decepción, se nota que James Wan no dirigió. No vayas con muchas expectativas o saldrás muy defraudado, o mejor aún, no vayas.

Pilón: Se rumora que habrá un crossover entre Chucky y Annabelle, hagamos chonguitos para que esa idea no prospere.