Por Carlos Arias

Vuelve Reese Witherspoon con otro personaje femenino protagónico, una mujer que lucha sola contra la adversidad y que valió una nominación al Oscar 2015. La película es Alma salvaje (Wild, 2014), una historia basada en el relato real de una mujer que un día decidió abandonar sus conflictos familiares y amorosos para lanzarse a la aventura de cruzar a pie Estados Unidos, desde México a Canadá, por la costa del Pacífico, a lo largo del llamado Pacific Crest Trail, un sendero que pasa por las principales cumbres montañosas. La chica de la mochila gigantesca que camina por el desierto, en la montaña o por la nieve, en busca de sí misma y al encuentro del paisaje abierto como símbolo de lo “real”, lo que es de veras importante.

La película inicia con un “prólogo”: la protagonista se encuentra en lo alto de una montaña con los pies heridos por la caminata. Mientras intenta curarse, una de sus botas cae al vacío y en la desesperación ella termina arrojando la otra bota cerro abajo. La película es justamente una puesta en imágenes de este proceso, por el cual Cheryl Strayed (Witherspoon) se libera de la civilización y descubre su propio costado salvaje, como los animales con los que se encuentra en la montaña.

Dirige Jean-Marc Vallée, el canadiense realizador de la multipremiada Dallas Buyers Club (2013), que le dio el Oscar 2014 por mejor actor a Matthew McConaughey. El director emprende una historia similar a la del hombre enfermo de Sida que compraba medicinas prohibidas en México y las vendía clandestinamente en Texas. Esta vez la protagonista es también una heroína individual que busca su propio camino en solitario y al margen de las reglas, como expresión de su propia libertad.

La película se libra del melodrama gracias a la actuación de Witherspoon, y tampoco cae en la complacencia frente al protagonista, que no aparece como un ejemplo de virtudes. Del mismo modo en que el protagonista de Dallas Buyers Club era un vaquero machista y violento, pero aun así capaz de hacer el bien a los demás, esta mujer emprende un viaje nada santo ni glamoroso, que incluye sexo, drogas y desobediencia feminista. Todo ello narrado en un estilo alucinado y “salvaje” que salta arbitrariamente entre tiempos, lugares, recuerdos y fantasías, con un montaje realizado a tijeretazos. Una versión femenina y actual del Jack Kerouac de En el camino (2012).

Pero en lo central, Alma salvaje es una historia de aventuras. El viaje de transformación interior de la protagonista, que convierte a la cinta en un hipnótico paseo entre la subjetividad y el paisaje exterior; el proceso por el cual ella aprende a eliminar todo lo superfluo que carga en su simbólica mochila y aprende a caminar solo con lo necesario.

Completa el cuadro una madre enferma de cáncer (Laura Dern, quien alcanzó una nominación por actriz secundaria), que aparece como la contraparte del personaje a través de sus recuerdos. La historia está basada en las memorias de viaje de la auténtica Cheryl Strayed, cuyo libro titulado en inglés “Wild: From Lost to Found on the Pacific Crest Trail” se convirtió en un éxito de ventas, por su franqueza y su búsqueda humana, que inspira a salir a la montaña y empezar a caminar.