–PorOswaldo Betancourt L.@rockswaldo

El oficial de inteligencia Max Vatan y la guerrillera de la resistencia francesa Marianne Beausejour se conocen durante una misión tras líneas enemigas durante la Segunda Guerra Mundial. Al regresar a Londres y casarse, su relación se ve amenazada cuando las autoridades sospechan que ella es una espía alemana y él recibe la orden de ejecutarla si esto es cierto.

Una película de Robert Zemeckis protagonizada por Brad Pitt y Marion Cotillard, son tres argumentos bastante sólidos para pagar el boleto.El tono es serio y le da peso a la intriga – que provee principalmente el personaje de Cotillard – que surge durante la espera de estar en dicha situación, el cambio en la conducta de Vatan tras la noticia, su decisión de no quedarse de brazos cruzados y los momentos de fuego cruzado bien planteados.

El talento de Cotillard le permite explorar diversos géneros, por eso este mes la vimos primero como la Dra. Sophia Rikkin en Assassin’s Creed – basada en el videojuego homónimo – y también en este intenso drama de espías. Lo mismo sucede con Pitt, quien no suele desperdiciar su tiempo en el plató y sabe escoger muy bien sus papeles, a quien vemos como un hombre fiel a su país y a su familia.

Zemeckis en su haber ha hecho un poco de todo, la mayoría de las veces con buenos resultados y éste es el caso. Además viene acompañado por Don Burgess y Alan Silvestri, su fotógrafo y compositor, respectivamente, de confianza.