19 de junio 2015
5 emociones que despierta la Ciudad de México
Por: Oswaldo Betancourt Lozano
Por fin se estrenó Intensa-mente, una de las animaciones más esperadas de esta temporada. Como en la película, hay pequeños momentos de la vida cotidiana en chilangolandia que nos ponen a flor de piel las siguientes emociones.
Enojo
- Vas en el micro y haces tu parada con tiempo sólo para bajarte una cuadra, o más, después.
- Cuando la lluvia se suelta con ganas y te pones atlético para evitar los salpicones de los charcos, saltas, esperas que pasen los coches o ya de plano le corres, pero no falta el gandalla que hasta le acelera para empaparte todo.
- Cuando pides una orden de tacos de pastor y no les ponen piña.
Disgusto
- Estás a punto de saborear ese manjar callejero y de repente ves pasar una alimaña al derredor del puesto.
- Cuando vas en el micro, o en el metro, y ves cómo alguien que se estaba hurgando la nariz embarra con el dedouna sustancia rara en el tubo.
- Caer en un bache en medio de Constituyentes, o cualquier avenida de ese tipo.
Tristeza
- Ese momento frustrante en que corres para alcanzar el metro y las puertas se cierran en tu cara.
- El tráfico está a vuelta de rueda y por querer dártelas de ruletero tomas un atajo que te hace llegar más tarde a tu destino.
- Que no empieces el día con un desayuno de campeones porque ya no hay tortas de tamal en tu puesto de confianza.
Miedo
- Cuando se te olvida decirle al taxista tu ruta e inesperadamente se va por otro lado.
- Estás muy metido en la plática, fiesta o lo que sea y entonces te das cuenta de que el tiempo del parquímetro está por terminarse, dejaste el coche lejos y como ya andas medio persa, no te acuerdas donde lo dejaste. ¡A correr!
- Después de que te dejaste llevar por la fiesta y es hora de pedir la cuenta; lo peor, varios de tus “amigos” se fueron sin pagar.
Alegría
- Ser el último coche que pasa en una calle antes de que la cierren por una manifestación.
- Disfrutar la facilidad para llegar de un lado a otro en la capirucha durante los puentes y vacaciones.
- Despertar con la ciudad tan despejada que se ven los volcanes sin problemas.