Si aún no has visto la nueva serie basada en el cómic de Sabrina —porque vives alejado del internet— quizá no te has enterado que algunos verdaderos fans de Satán (a.k.a el dominio) piensan demandar a los creadores del show por el uso incorrecto (¿indebido?) de Baphomet, el macho cabrío, o sea por el mal uso del Satanismo en Sabrina.

El libre culto, las asociaciones religiosas y las referencias demoníacas, son un recurso constantes que el cine y la televisión han utilizado —explorado— por años. ¿Por qué debe ofendernos ahora? Si recuerdas bien hace poco, Apu, en The Simpsons fue expulsado de la serie por críticas similares hacía el programa (énfasis en su racismo) en las redes sociales.

Sabrina y sus nuevas aventuras, han sido atacadas por seguidores de la iglesia de Satán, en especial por usar a una de sus deidades, como constante referencia en sus episodios, según declaraciones de Lucien Greaves, miembro activo del culto a Satán para The Wrap:

“Los creadores se han apropiado del diseño de nuestra deidad para fines que son ajenos a él”, se podría traducir en fragmentos de la charla, con algunos medios, del que también es co-fundador del templo.

La demanda lanzada este jueves contra la empresa de streaming más famosa del mundo es de $50 millones de dólares. El argumento de los abogados es que “Las compañías de producción y distribución de medios (Warner y Netflix)… tienen una larga historia de protección vigorosa… pero malversaron abiertamente la expresión única del demandante”.

¿De verdad hay Satanismo en Sabrina?

Parece que la gente no está preparada para distinguir una ficción y el contexto de la misma, o quizá, las producciones no le dan el respeto y significado debido a los elementos que retoman para sus ficciones. Algunos le llaman apropiación cultural otros referencias directas: en gustos se rompen géneros.

Entonces tendríamos que hablar de El Exorcista, The Witch, Cult (AHM), The Omen, El Bebé de Rosemary, Alucarda, The Craft y un sin fin más de cintas o series que incluyen referencias al satanismo y el oscurantismo. Nos gusta el terror, nos gusta el drama, nos gusta ver series por horas, en la sala de nuestra casa… ¿pero nos gusta adorar al demonio? Ahí ustedes deciden, chilangos.

Lo cierto es que los productos de entrenamiento para eso son; para consumirse, disfrutar, criticar, reirse un rato y a lo que sigue. En estos tiempos, por contenidos no paramos. Así que relájense un rato, saquen las palomitas y vean en qué termina este drama por el supuesto Satanismo en Sabrina.