Su momento en pantalla fue breve, pero Carla Avila, actriz tapatía que radica en Corea del Sur, le robó cámara a todos en ese momento del séptimo capítulo de El juego del calamar por su cuerpo pintado de leopardo. Así que la contactamos hasta Seúl, y nos contó sobre su experiencia en la serie fenómeno de Netflix.

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La segunda fue la vencida

Dicen que la tercera es la vencida, pero en el caso de esta actriz fue la segunda. Y es que audicionó para un trabajo de body painting del que no tenía muchos detalles, pues “cuando hacen las propuestas de trabajo, no te dan muchos detalles por confidencialidad“, pero no se quedó.

Pero insistió porque cumplía con los  requisitos: “Ser extranjera, medir de 1.65 a no más de 1.75, y tener mínimo una copa C mexicana. Yo tengo copa D, eso me ayudó“. Y así, en enero de 2021 la chica pasó su cumpleaños durmiendo tres noches en el set, para que la pintaran como leopardo a las 6:00 a.m.

Proceso que recuerda como muy largo el primer día, y de tres o cuatro horas los siguientes. “Como soy la que tiene más close-ups era cuidar más los detalles, que no se vea nada mal“. Y que, confiesa, incluyó moretones en las rodillas, aunque para Carla Avila valieron la pena porque ahora es parte de El juego del calamar.

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De sentirse insegura a recibir mucha atención

¿Cómo se sintió con esta participación, aunque no tiene diálogos? La mexicana responde con franqueza: “Al inicio, un poco insegura, sobretodo por la sociedad coreana que de repente es como un poco machista y conservadora, sobretodo a la hora de la vestimenta y el enseñar bubis”.

Y es que, agrega, estaba el “qué iban a decir de mí, sobretodo cuando apenas voy empezando a generar mi carrera”. Pero por el otro lado tenía que pagar sus cuentas y comer, así que se envalentonó. “Dije ‘es de extra, de fondo, qué tanto me van a ver”. ¡Y ya vi que bastante!”

Y sí que lo es. El juego del calamar es su participación en un drama coreano que más visibilidad le ha dado. Anteriormente la vimos en la cinta Barrenderos espaciales (en Netflix) y el K-drama Record of Youth, entre otros, además de comerciales.

Es chistoso porque dices: ‘En la vida se te hubiera cruzado en la cabeza que por aparecer de mueble, es lo que te vaya a agarrar publicidad’“, confiesa Carla Avila con una risa sobre lo que bautizó como “mi audición de la almohada” o, según le han dicho en redes sociales, “mi momento Mike Wazowski“.

Pero también le encanta que más gente va a conocer su trabajo, y espera nuevas oportunidades. “Como ahora están sacando tantos dramas, si meten más extranjeros o gente que tenga más enganche, apuesta en mí”, dice como un llamado a los productores. Y asegura que aunque su coreano no es perfecto puede memorizarse cualquier diálogo.

Cortesía Carla Avila

Una mala experiencia que se convirtió en buena

Aunque no todo fue miel sobre hojuelas, pues tuvo que batallar por su pago con una agencia de casting cuyo nombre no puede revelar para no meterse en demandas. ¿Sacó el carácter mexicano para lograrlo?, le preguntamos. Responde que “sí”, además de que ya le había pasado lo mismo con Barrenderos espaciales.

Entonces, ¿cuánto ganó por su participación en El juego del camalar? “Todos los modelos tenían cubre-pezones, y a mí por los close-ups me pidieron que me los quitara, a cambio me iban a dar más dinero. Y no me lo dieron, nada más la primera cantidad negociada, que eran tres mil dólares”.

Otra cosa del lado no tan bueno de esto fue los comentarios negativos de quienes le dijeron que no hizo nada. “Ellos nada más me ven 10 segundos, pero no saben que estuve tres días, en invierno, nevando horrible. Había calefacción pero no te puedes acercar tanto porque te derrites. Tampoco tienen por qué saber, están en su derecho y es su opinión”.

Cortesía Carla Avila

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El juego del calamar trata temas delicados en Corea

Pero Carla Avila prefiere dejar atrás ese mal momento, y enfocarse en lo positivo de El juego del calamar. Después de todo, es parte de la serie que, según Ted Sarandos, CEO de Netflix, podría convertirse en la más vista en toda la historia de la plataforma. Y además, la disfrutó como público y le llamó mucho la atención.

“Trataron temas muy delicados en Corea (del Sur), me queda claro que si no lo hace Netflix, no lo hace Corea como tal. Pero sacaron gays, una escena de sexo, prácticamente a gente desnuda, matanza, sangre. Está muy a la vanguardia”, asegura.

Pero confiesa que también tuvo dos razones para verla. La primera, su amigo el actor indio Anupam Tripathi (Ali), a quien apoyó pues “siento que hacen falta más papeles de extranjeros en los dramas”. La segunda, Wi Ha-joon (el policía Hwang Jun-ho), con quien todo “fue muy divertido porque le echaba carrilla” en el set.

México y El juego del calamar

Cuando le contamos a la actriz que en México ya hay piñata, dvd, pasteles, y más, responde que le da gusto la buena aceptación de la serie en su tierra.

“Del mexicano no me sorprendo ni poquito. Un amigo me mandó que una chica hizo las uñas del VIP Four, mi mesa, y dije ‘¡las quiero, sí me las pongo!’ Me encanta el ingenio mexicano de hacer de todo lo suyo. Y los memes se me hacen padrísimos”, asegura desde Seúl.

Además está segura de qué juegos le gustarían a sus compatriotas: “Jalar la cuerda o las canicas, porque también se jugaron mucho en México. El mexicano, en canicas, sí se los chinga a todos”. Aunque si se trata de ella, la cuerda floja o brincar el puente, pero le den el dulce dalgona pues “lo intenté y se me rompió”.

¿Qué sigue para Carla Avila?

Al recibir tanta atención, ¿tiene nuevas propuestas? Recientemente salió como la chica que bosteza en el promocional del cantante Donghae, del grupo de K-pop Super Junior, y espera trabajar más con ellos pues usan sonidos latinos en su música. En 2022 filmará una cinta, estrenará dos proyectos ya grabados, y planea venir a México en verano para una grabación.

Y si se hace la segunda temporada de El juego del calamar y la vuelven a llamar, ¿aceptaría? “Cien por ciento. Sí, sí, sí”, responde entusiasmada. Pero le gustaría tener un personaje con diálogos, y si no “aunque sea un mueble, con mucho gusto”, pues admira la perseverancia del director quien tardó 10 años en hacerla.

El juego del calamar se encuentra en Netflix desde el pasado 17 de septiembre, y puedes ver a Carla Avila en el capítulo siete. También sale en el programa Extranjeros en Corea, pero sólo puede verse en aquel país, en la misma plataforma.