Son los sonidos de la ciudad. Aunque no parezca tienen significado.

Aguelectropureeee: júbilo de un levantador de garrafones.

Aitamaliiii uajaquenius tamaliii jalientitus: monólogo ambulante de un triciclo obsesivo.

Atrasailugá recúrraseee: saludo descortés de un trabajador del transporte.

Erungueees: anuncio que promete dulces cristalizaciones de clara de huevo.

Eugaaaaaaah: grito de cargador de tanques de acero potencialmente explosivos.

Fi fi fi fi fi fi fi fi: sonido del radar de un apoderado informal de los lugares de estacionamiento.

Fierruvieee joquevendeee: comerciante que canjea kilos de metales por unos gramos de monedas.

Fuisss fuisss: llamado de un chilango macho a la hembra que va pasando.

Gooooo ya gooooo ya: grito tribal de personas con supuestos estudios superiores.

Grrruuuiiiiiiiuuuuuu: espeluznante berrido que avisa la presencia de camotes horneados.

Naranjafres canaranjadul cenaranjadejugu: monólogo de un camión cargado de cítricos.

Ponchis ponchis ponchis: estentóreas pulsaciones de un automóvil tuneado.

Prodú tosdealtacalidá levienufreciendo comunofer tunapromoció: letanía de un distribuidor de productos de dudosa calidad.

Prrrr prrrriuurrrr: sonido que pretende controlar el caos vial contra la lógica visual del semáforo.

Quelegus tamarchantita: saludo que esconde intenciones mercantiles.

Rrrrrrrrrrrrrrrrr: ruido de fondo de la urbe.

Ruf ruf ruf: voz de la única especie leal de chilango.

Selocuí dujefe: bienvenida del apoderado informal de los lugares de estacionamiento.

Sevé sesiente guaragua está presente: unísono de voces desprovistas de razonamiento.

Sisé puede sisé puede: : automotivación masiva que parte de la posibilidad de que no se podía.

Suba seailugar: invitación al transporte extremo.

Talantalantalán: campana que llama a los feligreses con sus bolsas de basura.

Turururí tirururú: publicidad subliminal del afilador de cuchillos.