Por: Omar Morales @OmarInMorales

Hace poco, en una conversación aparentemente ociosa, me preguntaron por los elementos que le otorgan a una canción de rock el carácter de “extraordinaria”. Medité un poco y concluí que no hay respuesta consensuada a dicho cuestionamiento…

¿Canción extraordinaria? Para mí se trata de la metafísica del rock, partiendo de la acepción que la define como algo “oscuro y difícil de comprender”. En estos términos una canción sobresaliente es como unswitch, bastan los primeros acordes para que deinmediato se encienda una corriente eléctrica en nuestro sistema nervioso que apela al instinto y no a la razón. Un sistema de reproducción transforma impulsos eléctricos en variaciones de presión sonora que entran por el oído, aceleran el pulso y expulsan al cuerpo de la inmovilidad como respuesta a una de las reacciones más primitivas del ser humano…

Rollo que viene a cuento por el entusiasmo que me ha generado el disco que trato de describir en estas líneas, Turn Blue de The Black Keys, un disco de canciones extraordinarias

The Black Keys – Fever from Eugene on Vimeo.

La historia de los Black Keys embona a la perfección en el melodrama del sueño americano (ese del que tanto se queja Tyler Durden en The Fight Club). Dan Auerbach y Patrick Carney se conocieron siendo niños en Akron, Ohio, una ciudad estadounidense que según el censo poblacional de 2010 tenía apenas 199,110 habitantes (Texcoco anda por los 250,000, para que se den una idea).

Dan era un chico atractivo, popular y envidiado, capitán del equipo de futbol, y Patrick uno de los típicos rechazados con escasas posibilidades de supervivencia en los violentos ecosistemas escolares. Pero Dan soñaba con dedicarse a la música y su amor por elblueslo llevó a cantar y tocar la guitarra. Patrick se refugió en dos trincheras menos glamourosas, la batería y las consolas de grabación, y eso que algunos llaman destino los unió en una perfecta complicidad musical. En 2001 Dan quería grabar un demo y pidió ayuda a Patrick. Armados con batería, guitarra, algunos micrófonos de baja calidad y una grabadora de ocho canales produjeron en el sótano de Patrick el primer disco de los Black Keys. Hoy son una de las bandas de rock más populares a nivel mundial.

Patrick es un baterista a la Ringo Starr que sin trucos efectistas ni malabares innecesarios construye los ritmos hipnóticos que dan soporte a las canciones de su banda. Las habilidades interpretativas de Dan no pueden ser calificadas de virtuosas (no canta como Robert Plant ni toca como Jimmy Page) pero con las años ha hecho patente en los estudios y escenarios su gran forma vocal y guitarrística. En lo que sí es un virtuoso es en la composición de estrofas pegajosas y riffs enganchadores, por algo varias de sus canciones son grandes himnos del rock que creo sobrevivirán por generaciones.

Turn Blue es la consolidación de una fórmula que los Black Keys llevan trabajando desde hace 13 años. Comenzaron mezclando los ingredientes básicos del blues y elgaragerock y con los años (y la ayuda de su amigo Danger Mouse) poco a poco han ido expandiendo la sonoridad de la receta inicial. Con diferentes temposlos Black Keys siempre han tocado lo mismo, no es un grupo que se distinga por su originalidad o capacidades experimentales, pero a mi oído le parece que con este disco han logrado resultados más interesantes que en los siete anteriores.

Turn Blue es un disco con mejor consistencia, lo escucho una y otra vez y difícilmente encuentro algo que le sobre, la instrumentación y los arreglos de pianos, sintetizadores espaciales y coros le otorgan una luminosidad contrastante a las adoloridas letras. Turn Blue está cargado de psicodelia y alude más a la herencia de Pink Floyd, Led Zeppelin y los Rolling Stones que a la de Black Sabbath. Más soul y menos distorsión, más puentes musicales y menos rigidez armónica, más improvisación y menos macanazos.

Turn Blue es un monstruo colorido de tres cabezas (en el estudio los Black Keys funcionan mejor como trío) compuesto, ejecutado y producido por Dan Auerbach (letras, voz, guitarras, bajo y teclados), Patrick Carney (batería, teclados y percusiones) y Danger Mouse (sintetizadores y piano), que como ya dije es un disco con canciones fuera de lo ordinario.

Mis favoritas: Weight of love, Bullet in the brain y 10 lovers.