Por: Omar Morales @OmarInMorales

Debo iniciar esta reseña con una sentencia: la canción indicada, reproducida en el momento adecuado, puede cambiar el rumbo de una vida (metafísica musical que le llaman). Esta idea puede parecerles exagerada e incluso melodramática pero créanme, es verdad, y para apoyarla voy a contar una breve historia.

Ray LaMontagnees un hombre de infancia compleja. Su padre es un músico de temperamento volátil que solía maltratar a su familia hasta que finalmente la abandonó. Ray se volvió un adolescente rebelde, aprendió a tocar la guitarra y comenzó a componer canciones, dejó la casa de su madre siendo muy joven y acabó siendo obrero en una fábrica de zapatos.

Un día, cuando tenía 24 años, Ray se levantó a la 4 de la mañana para ir a trabajar, prendió la radio y apareció la canción que le cambió la vida,Treetop FlyerdeStephen Stills. La escuchó por primera vez, quedó absorto con su melodía y en ese momento decidió que dedicaría su vida a la música, cambió suelas por cuerdas y se empeñó en grabar y compartir sus composiciones.

16 años después de que involuntariamente Stephen Stills le cambiara la vida, Ray LaMontagne ha editado cinco Lp’s de estudio de los que havendido cerca de dos millones de copias, ha tocado en los cinco continentes y es reconocido como uno de los mejores compositores de nuestro tiempo. Cantante de timbre inconfundible y guitarrista sensible, su disco más reciente es una joya de la música popularcontemporánea.

Supernova es un susurro, un delicado caleidoscopio que resume lo mejor de la psicodelia folk. El nuevo disco de LaMontagne es el más completo de su carrera gracias a la alquimia afortunada que logró con su productor y músicos de estudio. Ray es un perro solitario que compone con guitarra acústica en mano y se rodea de distintas jaurías cada que graba un disco o va de tour. Para Supernova se hizo de la complicidad de Dan Auerbach de los Black Keysquien se encargó de la producción, dirección musical y la grabación en su estudio de Nashville (con siete músicos involucrados además de LaMontagne y Auerbach). De ahí que la paleta sonora de este disco sea una de las más sólidas y diversas del nuevo folk, colorida y luminosa.

Las canciones de LaMontagne son virtuosas desde su construcción, sus letras carecen de falsas pretensiones poéticas e intelectuales, son historias breves y directas que cantan sensaciones y experiencias, sus melodías evitan rodeos innecesarios y sus desarrollos armónicos suelen sorprender. Supernova no es la excepción.

Más que una evolución o transformación radical, el quinto disco de Ray es un catalizador de sus mejores influencias. Sus composiciones siguen siendo entrañables, pero el oficio de Dan Auerbach las ha colocado en un nivel superior de musicalidad: distorsión dosificada y sofisticada, guitarras eléctricas y acústicas en densas capas de sonido, percusiones electrónicas, viejos órganos de timbre inconfundible y un trabajo vocal irreprochable. Todo esto hace de Supernova uno de los discos más interesantes que he escuchado en lo que va de 2014, envolvente y conmovedor.

La canción indicada en el momento adecuado cambió la vida de Ray LaMontagne y gracias a eso podemos disfrutar de maravillas como Supernova. Mis favoritas del disco: She’s the one por su línea de bajo, guitarras en cascada y canto rasposo; Julia por sus coqueteos con el glam rock y Supernova por su romanticismo que escapa a lo cursi.

Para terminar propongo menos Coldplay y más LaMontagne.

Ray LaMontagne – Supernova from Lucy Dyson on Vimeo.