@juanchulfo

La web 2.0 y la música han desarrollado una relación muy estrecha desde el surgimiento de la explosión digital. Sitios como Napster ofrecí­an un acceso inmediato y gratuito a la música, lo cual revolucionó la industria y modificó el sentido del objeto conocido como disco. Posteriormente el nacimiento de Youtube y Myspace provocaría una inmediatez absoluta. Cualquier usuario puede explorar la web y encontrar demos de bandas provenientes de todos los rincones del mundo.

Por supuesto que tanto disqueras como tiendas entraron en pánico. El negocio estaba cambiando y muchos paranoicos llegaron a pensar que los discos desaparecerían y que serí­a el fin de la industria musical. No podí­an estar más equivocados. Las distintas plataformas que surgieron en la web 2.0 provocaron que se escuchara más música que nunca. Incluso, artistas como Arctic Monkeys o Justin Bieber deben su popularidad a esta nueva forma de distribución.

Sin embargo, y a pesar de que elhype digital ya no sorprende como antes, cuando una artista nueva se vuelve conocida alrededor del mundo sin haber editado un disco completo es un fenómeno digno de admirar. Ese es el caso deElla Yelich-O’Connor, mejor conocida como Lorde, quien a sus 16 años logró estar en boca de todos. Incluso algunos medios osaron llamarle ‘el futuro de la música’. Les bastó escuchar ‘Royals’ para coronarla como la salvadora.

El problema de estas etiquetas es que cae una presión increí­ble en el artista calificado y provoca que el público en general escuche bajo otra perspectiva la música. Muchos se dejan llevar por el hype y piensan que Lorde es lo mejor que le ha pasado a la música en los últimos 5 años. Pero, después de escuchar Pure Heroine, su disco debut, no podemos evitar pensar que se apresuraron a emitir un juicio al trabajo de la neozelandesa.

The Love Club es el EP que antecede el lanzamiento de Pure Heroine, en cual se encontraban cinco canciones. La única que sobrevivió fue ‘Royals’ el sencillo que la catapultó a la fama. Una decisión bastante lógica ya que es la canción más pop del disco y la más sólida del Pure Heroine, junto a ‘Tennis Court’.

A pesar queElla Yelich-O’Connor tiene una gran voz, no deja de estar en el mismo camino que artistas como Lana Del Rey, Grimes o London Grammar marcaron antes que ella. No es la gran revelación, porque precisamente, no revela nada nuevo.

Pure Heroine es un disco regular, con tres grandes momentos (‘Royals’, Tennis Court y ‘Ribs) pero nada más. No hay ninguna sorpresa si lo comparamos con su EP.

En conclusión: no destaca, no brilla entre los demás. El hype se la comió. Es un disco pop que funciona perfectamente en este momento.