Por Omar Morales

Mosquito me provoca a arriesgarme con un par de afirmaciones: su portada es una de las más feas en la historia del rock (excluyendo el mexicano, porque en ese departamento nuestro país logra niveles superlativos, para muestra pueden deleitarse con el empaque del disco homónimo del grupo Masappan) y armónicamente es el trabajo más complejo y mejor logrado por los Yeahs. No es un disco lineal y monótono, la guitarra no es el personaje principal, el ruido tampoco es protagonista y el espíritu punk está repartido y dosificado en algunos de sus tracks. Los Yeah Yeah Yeahs solían ser una banda rabiosa, del sonido crudo y lleno de hiss de su Ep homónimo de 2001 queda muy poco y con cada disco se alejan más de ese rock rasposo cargado de gritos y distorsión: Fever to tell (2003) es una oda al nihilismo basada en los riffs de Nick Zinner, sin duda es de los discos de rock más sólidos y contundentes de la década pasada, para Show your bones (2006) limpiaron el sonido, se concentraron en las melodías y redujeron la velocidad y en It´s Blitz (2009) se rodearon de sintetizadores y percusiones electrónicas.

Me sorprenden dos características de este trío neoyorquino: el desarrollo musical que han logrado en 13 años de carrera y su capacidad para crear grandes himnos que inmediatamente se aferran a la memoria musical: Date with the night, Zero, Gold Lion, Sacrilege… Sin importar las inconsistencias de su discografía, en cada una de sus entregas hay temas con madera de clásico. Además, los Yeahs han entendido las nuevas reglas del mercado musical y hace un par de semanas colgaron, vía noisey, un video en Youtube con todas las canciones de su nuevo disco y algunas explicaciones del proceso de composición y producción de Mosquito:

[video:6108-https://www.youtube.com/watch?v=jpGtkz-449U]

La edición digital de Mosquito tiene dos versiones, standard y deluxe, y a menos de que sean fanáticos recios de los Yeahs, sugiero que no desperdicien su dinero en los extras “de lujo” porque son una vacilada: un demo, un par de versiones acústicas y una en vivo de canciones del disco. Nada para extrañar, con la versión económica basta.

A mi juicio este disco tiene un defecto evidente (además de la portada) y es que le sobran un par de canciones. Arranca con el nuevo himno de los Yeahs, Sacrilege, una melodía sencilla y emocionante que da ejemplo de una de las mejores aplicaciones de un coro gospel en el rock; el track 2, Subway, es de tonalidades muy similares a Sacrilege y utiliza como base rítmica un loop hipnótico construido con el paso de un tren; Mosquito es la canción más frenética del disco, con gritos y zumbidos cortesía de Karen O, y remite a la época temprana del grupo; Under the earth que, según mi oído, es un gran homenaje a Bauhaus; y después arranca una especie de suite formada por tres canciones (Slave, These paths y Area 52) con atmósferas semejantes, llenas de procesamiento electrónico y sonoridades alienígenas (creo que nadie puede asegurar a qué suena un alien, pero la industria audiovisual se ha encargado de educarnos en ese sentido y esta tercia de canciones fue adornada con un montón de Sci-fi audio fx. Nick Zinner es un gran entusiasta de la cultura extraterrestre y de ahí esta línea discursiva); y así llegamos a la que para mí debería ser la penúltima canción del disco, Buried Alive, producida y mezclada por James Murphy (DFA Records, LCD Soundsystem) con un gran balance entre secuenciadores y percusiones electrónicas, el rock de los Yeahs y el rap de Kool Keith. Y digo que debiera ser la penúltima porque Mosquito cierra con tres baladas, dos inocuas y una efectiva: creo que Always y Despair funcionarían mejor como el lado B de algún sencillo y no como el tramo final del disco, ya que lo vuelven un tanto desesperante y aburrido, en todo caso Wedding song pega mejor con Buried Alive y ofrece un remanso breve para despedir.

Mosquito no tiene la energía de Fever to tell, las melodías contundentes de Show your bones o las joyas electro-pop de It´s Blitz, pero hereda algunos elementos de cada uno de ellos. Con su cuarto disco de estudio los Yeah Yeah Yeahs demuestran su crecimiento musical, su afán de búsqueda y experimentación, y dan a entender que quizá lo más interesante de su discografía esté por venir…