Por: Omar Morales @OmarInMorales

Al César lo que es del César y a Coldplay lo que merece. Los detractores de esta banda se cuentan casi en la misma cantidad que sus admiradores, pero creo que nadie puede regatearles sus múltiples logros y valores. Obedeciendo al cliché originario del rock y el pop, esta banda fue iniciativa de un par de estudiantes universitarios, 18 años después Coldplay se ha consolidado como uno de los actos musicales más exitosos y rentables de la historia con 6 álbumes de estudio y poco más de 70 millones de copias vendidas. Ejemplo, su disco Mylo Xyloto de 2011 rebasó los ocho millones de copias y la gira mundial de promoción cerró con ganancias de 192.5 millones de dólares…

Pero el éxito comercial es tan patente como la realidad estética de Coldplay. No es lo mismo sencillez que simplicidad, minimalismo que falta de imaginación, llanto que lloriqueo. Chris Martin tiene una voz privilegiada para el tipo de pop que interpreta y sus fórmulas melódicas contagian rápidamente al llamado gran público, desafortunadamente él y sus compañeros llevan siete discos dándole vueltas a la misma canción y todo indica que Mr. Martin botó las clases de piano cuando aprobó la materia de acordes y arpegios 1.

Ghost Stories es quizá el disco más verosímil de Coldplay, el más cercano a sus valores creativos. Según ha declarado el propio Martin se trata de una reflexión acerca del desamor (resultado de su matrimonio fallido con la actriz Gwyneth Paltrow) y es la primera vez en que los cuatro integrantes se hacen cargo de las labores de composición. Mi oído y juicio opinan que lírica y musicalmente el resultado es predecible y ofrece pocas sorpresas.

Después de meses de esfuerzo y un duro proceso de exploraciones internas, Chris Martin convirtió su dolor en estrofas como estas:

And you’re always in my head
You’re always in my head
You’re always in my head
Always in my head

You’re always in my head
Always in my…
You’re always in my…

El trabajo armónico y los arreglos del disco pueden ser descritos de forma general como una afortunada combinación de atmósferas ybeatselectrónicos con sencillas melodías desarrolladas por instrumentos acústicos, pero sus letras lejos de conmover, aburren. En sentido contrario,sonoramente y en términos de producción Ghost Stories es un trabajo envidiable y digno del mejor popcon tres canciones sobresalientes: Magic, Midnight y Oceans. Sobre todo esta última, ¿por qué si fueron capaces de construir esta hermosa pieza no contagiaron el resto del disco con esta sonoridad? La coda atmosférica de Oceans es para aplaudirse de pie y con entusiasmo.

Odas al desamor, discos inspirados en el fin de una relación abundan en la historia del pop (siendo quizá Blood on the Tracks de Bob Dylan el más interesante de todos), pero las capacidades de Chris Martin como compositor no dieron más que para una serie de frases débiles plagadas de obviedades:Cause you’re a sky, cause you’re a sky full of stars,I’m gonna give you my heart…
Ghost Stories puede ser calificado como parte de esos productos culturales que la crítica estadounidense denomina tan atinadamente comocheesy pop. Un disco light, descafeinado, edulcorado, pasteurizado. Imagino a Gwyneth Paltrow vestida de blanco, en una cocina del mismo color, impoluta, bebiendo un licuado de leche de arroz y arándanos orgánicos después de su diaria sesión matutina de yoga, pensando en las fatídicas palabras que deberá decirle a su marido (quien está a la mitad de una exfoliación en el spa de la mansión californiana que comparten): Chris, tenemos que hablar…