Por @AlanisMoon

Disculpen de antemano el recurso barato con el que iniciará esta reseña, pero es que no se me ocurre una ocasión mejor: La banda estadounidense Sparks, fue la chispa perfecta para que Franz Ferdinand volviera a ser relevante.

Ahora sí, después de esa oración, es pertinente contar por qué Franz Ferdinand me parecía una banda que se había perdido entre la turbo-proliferación de muchos como ellos. Las consecuencias de que lo “indie” se volviera lo “cool”…

Allá en 2004, directito de los paisajes medievalescos y majestuosos de Escocia, surgió Franz Ferdinand. Como hijitos de sus paisanos XTC, Franz Ferdinand significó un distanciamiento del post-punk revival que imperaba en aquellos tiempos —con Interpol como la gran banda a seguir con un discazo al que llamaron Antics—, y, así como los XTC lo habían hecho con el post-punk y el new wave, FF se encargó de combinar estilos para hacer una especie de dance-rock que le cayó muy bien a la década. Todavía hoy en día, “Take Me Out” prende a las multitudes como si no hubieran pasado ya 11 años de aquel trancazo.

La gran promesa angloparlante regresó con You Could Have It So Much Better y regresó bien. Muchos dicen que el debut homónimo fue insuperable, pero a mí me parece que con su segunda placa lograron mantener un estilo, sin quedarse estancados y por momentos, me parece un trabajo con mucho más furia que el anterior (véase “The Fallen”) y, a la vez, con una terneza que ofrecían un justo y apreciado contraste (véase “Eleanor Put Those Boots Back On”).

Lamentablemente, la chispa de Franz Ferdinand se fundió con las ganas de pegarle a la pista. Los siguientes discos de la banda (tercero y cuarto) se componen de algunos sencillos que se recuerdan con cariño, pero es casi imposible encontrarle una cohesión que los haga grandes. No obstante, fue claro que Kapranos y compañía se convirtieron en una de las bandas principales para los festivales de verano y su nombre siempre sería bienvenido en un cartel. ¿Y qué hay de la composición?

Allá por abril de este año, una banda llamada FFS sacó un sencillo. El nombre no decía nada, pero varias páginas musicales estaban cubriendo la noticia. Al leer las notas, el nombre era una obviedad de las bobas, Franz Ferdinand + Sparks eran, wait for it, FFS. ¿Qué esperar de las colaboraciones? ¿Se puede llamar súper-banda?

Una verdadera súper-banda son los Traveling Wilburys, y probablemente nunca más deberíamos volver a llamara a una banda súper, después de que existió una con Bob Dylan, George Harrison, Jeff Lynne, Roy Orbison, Tom Petty y Jim Keltner… pero bueno, así se han llamado a muchas otras bandas. ¿Es FFS una súper-banda?

Yo creo que sí. Una banda con la trayectoria de Sparks —activos desde 1971— unida con una que lanzó su disco debut en el 2004, es una combinación inesperada, por decir lo menos. Sin embargo, misteriosamente, la combinación funciona perfectamente.

¿Cómo? Creo que la respuesta es sencilla. Treinta y tantos años de diferencia musical, son los necesarios para que las bandas se mezclen perfectamente porque, como todo en la vida, las tendencias se reciclan, la educación se absorbe y está claro que el estilo de Sparks, en algún punto tuvo cierta influencia en el desenvolvimiento de Franz Ferdinand como banda. Es como si Oasis algún día hubiera tocado con los Beatles, o los Interpol con Joy Division, o Tame Impala con Pink Floyd.

El camino que había perdido Franz Ferdinand, quizá cegados por las chicas vueltas locas en festivales, se lo vino a devolver una banda que cuenta con la experiencia y las re-invenciones necesarias para tener los pies en la tierra. Y ahora, los dos suenan como lo que debió de haber sonado FF. Es la evolución perfecta. Siguen siendo festivos, pero experimentales, incluso se dan la licencia de incluir una especie de pasaje operístico en “Collaborations Don’t Work”, la que, irónicamente, es la mejor canción del disco. Al fin se puede paladear ese art-rock que debieron desarrollar y perfeccionar tantos años atrás.

Desde “Johnny Delusional” hasta “Piss Off”, el debut de FFS es un viaje sin aburrimiento, cosa que pensé jamás volver a decir de Franz Ferdinand, por lo que en verdad me parece un digno retorno a los top of minds de las personas.

¿Se antoja una visita a México? Sí, por favor, y campechaneado con el repertorio de las dos bandas por separado, ufff, turboconciertazo.

Bravo por un renacimiento inesperado y bravo por hacer grandes canciones.

[video:https://www.youtube.com/watch?v=rCxLpte5loY]