Por Omar Morales

Revisando algunas críticas de distintaíndole(Pitchfork, The Guardian, Allmusic, JNSP, Billboard) este discoaparenta serundesastrey yome inclino por una opinión en dirección contraria. Delta Machine está lejos de las grandes obras de Depeche Mode pero le he escuchado más virtudes que defectos.

Es una obraambigua, de carácter bipolarque a primera oída puede resultar decepcionante, pero que también muestra el por qué es este el grupo de música electrónica más popular y rentable de la historia. Por un lado Delta Machine confirma que después de 13 discos y 33 años de carrera, Gahan, Gore y Fletcher son capacestodavíade crear canciones memorables, hipnóticasy de profundas sonoridades, y por otro caemos en cuenta que Depeche Mode ya no es el grupo vanguardista que solía ser.

Hace un par de días escribí en este espacio sobre el nuevo disco de los Strokes y, severo y pretencioso, afirmé que cuanto más se alejan de su sonido original más se acercan a un abismo de banalidad. Pues con la misma suficiencia debo decir que con Depeche Mode resulta inversamente proporcionaly cuando se atreven ahacer a un lado sus viejas fórmulasobtienen grandes resultados. Poco más dela mitad deDelta Machine es un autoplagio avarios clásicos de Depeche yel restoes un ejercicio de composición con intenciones de sorprender.

Depeche Mode – The Making Of Delta Machine EPK from Jon Berger on Vimeo.

En escencia Delta Machine es un disco de blues, susmelodíasy patrones rítmicos corresponden al género, perocon untrabajo armónicobasado en los procesoselectrónicos. Estirando un poco más el argumento me atrevo a decir que Depeche Mode esde raízuna banda de blues que ha sabido aplicarle una paleta sonora distinta a la vieja tradición.

Hubo una época en la que Depeche Mode sonaba a futuro, hoy sus composiciones más arriesgadas remiten a lo que otros jóvenes artistas llevan componiendo desde hace varios años. Los dos primeros tracks del decimotercero disco de estos bluesistas binarios, “Welcome to my world” y “Angel”, son una muestra de la gran habilidad de Gore y Fletcher para la síntesis y evidencianque Gahan pasa por un gran momento vocal.Después, “Heaven” y “Secret to the end” recurren a glorias pasadas yanuncianla ambivalencia del disco que se confirma con el quinto track, “My little universe”, quepara mi es de lo más interesante que le he escuchado a Depeche en lospasados 15 años: un ejercicio de electrónica minimal con una letra compacta y sin rodeos. El resto del disco va por la misma ruta, guiños al pasado con la enésima versión de “Personal Jesus”, “Behind the wheel” o “I feel you”, y algunos pasajes en los que decidentomar distanciadelas recetas que ya dominan.

Delta Machine no pasará a la historia como un clásico de Depeche Mode, pero síalcanzapara acallar los rumoresque ponen en duda las capacidades actuales del grupo: valores de producción intachables con Ben Hillier a la cabeza y Flood al mando de la mezcla, el dominio de un estilo y un sonido que han sabido construir en tres décadas, la buena salud como intérpretes y compositores que pasan Gahan, Gore y Fletcher.Transgresores y vanguardistas ya no son, pero al parecer estetrío tiene todavía algunasinteresantesideas musicales por ofrecer.

Depeche Mode – Soothe My Soul from Omnip0TenT on Vimeo.