Baths es el proyecto

de Will Wiesenfeld y Cerulean es su debut. Originario de Los Angeles, se vale

decir que a los 21 años ya es un punto de referencia en el nuevo mundo de los

beats fracturados y hetéros que Flying Lotus representa. Además lo apadrinó

Daedelus y sus primeras presentaciones en vivo fueron con los principales

integrantes del Brainfeeder Label. O sea, Flying Lotus, The Gaslamp Killer y

Teebs; los alcaldes de la nueva capital mundial de la música electrónica más

innovadora (L.A.).

Las canciones son

laberintos de burbujas sonoras. Los micro detallitos electrónicos proporcionan

la psicodélia suficiente como para pensar en Pole, Four Tet y Animal Collective

(en sus momentos más experimentales); además de invocar a toda la pandilla

noventera del sello Warp.

Por si fuera poco,

lo hospeda uno de los sellos con más credibilidad en el subsuelo de

productores. Es la disquera que publica el equivalente del post-rock en el del

hip-hop: Anticon. ¿Avant hip-hop? ¿Avanthop? .. a lo mejor esos nombres suenan

pretensiosos, pero a la hora de oír la música, hacen mucho sentido.

En el disco hay 12

canciones. Algunas, como era de esperarse, sólo son símbolos. Cortes como

"Lovely Bloodflow" o "Animals" proyectan la genialidad del disco. O "Hall", que

además encuentra a Wiesenfeld cantando sobre las fisuras electrónicas de su

MPC. Hay vocales e instrumentos tradicionales como la guitarra que, a la hora

de ser filtrados por las maquinas de Baths, terminan siendo un licuado sonoro

con muchas capas. También utilizó el sonido de un par de tijeras cerrándose o

el ruido del agua corriendo. Un zoológico de sonidos comprimidos en un solo

disco.

Baths pone de nuevo

al sello Anticon en el mapa. Y pone al hip-hop y la música electrónica de

fracturas sonoras en las frecuencias. ¿El DF está listo para estos ruidos? Yo

definitivamente creo que sí.