Por: Omar Morales @OmarInMorales

Los tipos duros no bailan, decía Norman Mailer y en 1984 escribió una de las grandes novelas negras de la historia con ese título. Los músicos no bailamos, cantó Jorge Drexler en “Don de fluir” (del disco Eco, 2004) y en 2014 decidió contradecirse y aplastar esa idea con uno de los grandes discos del pop latinoamericano, Bailar en la cueva.

Las inhibiciones y los prejuicios reprimen nuestros instintos naturales por el baile. El cuerpo fue hecho para balancearse, pies y movimiento, caderas y vaivén. Bailando se conquista a una mujer, me dijeron alguna vez, es la representación vertical de lo que sucederá en la cama, remató la frase. Al día siguiente busqué unas clases de salsa…

La idea es eternamente nueva, cae la noche y nos seguimos juntando a bailar en la cueva. Bailar, bailar, bailar… Ir en el ritmo como una nube va en el viento, no estar en, si no ser el movimiento. Cerrar el juicio, cerrar los ojos, oír el clac con que se rompen los cerrojos. Bailar, bailar, bailar…” Así nos da Jorge Drexler la bienvenida a su disco más complejo e intrigante.

Debo confesar que las emotivas canciones, frágiles y minimalistas de Jorge Drexler, nunca atraparon mi atención. Antes del encantador Bailar en la cueva (segunda acepción de encantador para la RAE: Que hace muy viva y grata impresión en el alma o en los sentidos) no había escuchado un disco suyo con entusiasmo y mucha reiteración (no exagero al afirmar que le he puesto play unas 20 veces en dos semanas). Estoy sorprendido, fascinado con el nuevo trabajo de este músico uruguayo.

Drexler tomó decisiones inteligentes y sensatas durante el proceso creativo de este disco: se plantó a componerlo frente al mar cantábrico y grabó la estructura rítmica en Colombia acompañado de uno de los jóvenes genios musicales de ese país, Mario Galeano.Bailar en la cueva es cautivante e hipnótico por sus cadencias, traten de escucharlo concentrándose en las líneas de bajo y los patrones percutivos porque es sin duda uno de los trabajos más sólidos en ese aspecto de lo producido en la música popular hispanoamericana de este siglo. Y no, no exagero. La lista de invitados musicales en Bailar en la cueva, además de Mario Galeano, incluye a Caetano Veloso, Quantic, Ana Tijoux, Eduardo Cabra y Li Saumet.

Creo queJorge Drexler ha encontrado una veta en su imaginación musical que vale oro. Con esto no quiero decir que sus discos anteriores desmerezcan, sus cualidades poéticas y melódicas son irreprochables, pero a mi gustoBailar en la cuevapertenece a un paradigma superior, es un crisol en el que se mezcla lo mejor de la tradición y vanguardias musicales de América Latina, futuro y raíz.

Mis tres canciones favoritas de este disco: Data data por su magnético bajo sintetizado,Esfera por su luminosidad y El triángulo de las Bermudas por su groove y complejidad armónica. Cierro con una frase que solía ser impensable: todos a bailar con Jorge Drexler.