Por Omar Morales

En más de una ocasión he leído o escuchado a distintas personas referirse a Toro y Moi como un dueto, error común que demanda precisión. Toro y Moi no es una pareja electrónica como muchas otras que gozan de saludable popularidad: The Chemical Brothers, Daft Punk, Basement Jaxx, Digitalism, Justice, Röyksopp, Bostich+Fussible, Air y un largo etcétera ya que en este género los binomios abundan. No, Toro y Moi (Toro en español, Moi en francés, o sea Toro y Yo) es el proyecto individual de un muy joven músico de Carolina del Norte. Se llama Chazwick Bundick, tiene apenas 26 años, por sus venas corren linajes filipinos y afroamericanos, y es dueño de una muy inquieta imaginación musical.

Anything in return es el tercer Lp de estudio de Toro y Moi, desde mi perspectiva un trabajo con dos grandes virtudes y un enorme defecto. Las primeras son evidentes: la habilidad de Chaz Bundick como productor, su dominio de la técnica en materia de registro y mezcla a tan corta edad es admirable. Sus discos anteriores son de menor complejidad tímbrica y armónica, en éste se dio el lujo de multiplicar los elementos sonoros simultáneos sin que se convirtieran en una pesada pasta ininteligible. La segunda virtud tiene que ver con el triunfo de Toro y Moi en los terrenos del pop, en Anything in return logra deshacerse de la ambigüedad que pesaba en sus composiciones. Según palabras de Bundick su novia es una gran fanática de la música estelar tipo Beyoncé y su influencia lo ha convertido en un estudioso del big studio pop. De ahí su decantación en este disco por las melodías pegajosas y los ritmos bailables, aunque no abandonó del todo su vena atmosférica y experimental. En resumen, Chaz Bundick decidió hacer un disco que su novia quisiera cantar y bailar, y lo logró. Pronostico que canciones como Say that y Cake las escucharemos hasta el cansancio en bares, fiestas y estaciones de radio.

Anything in return saldrá a la venta el 22 de enero y ya mencioné sus dos grandes virtudes, su enorme defecto es la duración. Si un disco pop de esta naturaleza dura más de 30 minutos corre el riesgo de aburrir y empalagar, pierde efectividad y el nuevo trabajo de Toro y Moi ronda los 50 minutos convirtiéndolo en un gran plomo. Mi sugerencia, escuchen el preview de las canciones, compren sus 7 u 8 favoritas y armen su propio tracklist, porque en esta materia creo que Mr. Bundick se equivocó.

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