James Blackshaw es

una caja llena de sorpresas. Uno de los protagonistas directos del renacimiento

acústico de la última década, uno de los magos actuales del folk. Sus piezas

son delicados esfuerzos acústicos que, al principio, podrían parecer de difícil

digestión; pero una vez roto el hielo, resulta como escuchar la pulcritud del

amanecer. Así de clavado, me cae. Son espirales hipnóticas de experimentación

que por momentos coquetean con estados meditativos.

All is Falling es una sola suite dividida en 8 partes o canciones. Las

canciones aparecen sin nombre. Las composiciones son delicadas narraciones de

luz acústica. Sutiles ensambles rítmicos tejidos alrededor del diálogo entre

las 12 cuerdas de Blackshaw, el piano y los detalles de orquestación; que

maquillan la música hasta lograr la hipnosis.

Blachshaw es inglés

y nació en 1981. Ha pasado por varias casas disqueras, todas independientes.

Tiene, entre colaboraciones y discos en solitarios, alrededor de 20

producciones. Y para las últimas dos lo firmó Young God Records, el sello

comandado por el enigmático Michael Gira que, entre otras cosas, descubrió a

Devendra Banhart y firmó a la Akron/Family.

Él solito aprendió a

tocar la guitarra, un autodidacta que ahora relata sus propias técnicas y

estilos utilizando 12 cuerdas y 10 dedos. Un nuevo maestro del finger-pick o Primitive Folk, como los especialistas le

han bautizado a este tipo de música. Y ya es equiparado con las leyendas de

Takoma Records como John Fahey y Leo Kottke, pero también tiene la influencia

minimalista de compositores como Terry Riley o Steve Reich.

La música de

Blackshaw es un refrescante compendio de olas folk que relajan a cualquiera.

Anímense a escucharlo. Óptimo para la carretera o los tráficos de

quincena. Salud.

"Part 3"

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