Cuando se habla de neurodesarrollo infantil brincan bastantes tabúes, la desinformación, falta de conocimiento respecto a ello, así como otros factores hacen que las neuro divergencias no se comprendan del todo, especialmente en peques cuando no es detectado a tiempo.

Pero ya saben que en Chilango también estamos para explicarle a la bandita acerca de temas relevantes que apoyen a la infancia, por ello, te contamos acerca de los síntomas o principales signos y cuáles son los posibles tratamientos o terapias que ayudan a que las infancias se desarrollen de una mejor forma en la vida y logren su autonomía.

Para ello, entrevistamos a los expertos de TaKuMi, un centro terapéutico especializado en brindar atención terapéutica a niños y jóvenes que presentan dificultades en algún área del desarrollo, así como en el acompañamiento de sus familias y profesionales involucrados en su crecimiento.

¿A qué se refieren los problemas del desarrollo neuropsicológico en niños?

De manera muy general se refiere a las alteraciones que surgen durante el proceso de construcción de las conexiones funcionales en el cerebro, conexiones implicadas en el desarrollo de la persona. En los primeros años de nuestra vida sucede el periodo de sinaptogénesis más intensa que tendremos, es decir, en estos años se construirán las conexiones entre neuronas que nos permitirán adquirir nuevas funciones.

Por ejemplo, muchos logros madurativos que comenzamos a manifestar desde pequeños como el correr, convivir, aprender (entre otras), están ligados a la correcta interconexión de distintas estructuras en nuestro cerebro (construcción de sistemas funcionales). Cuando alguna de estas interconexiones no se ha dado, la conducta no logra manifestarse. Cuando las dificultades observadas en el desarrollo de algún pequeño o pequeña están vinculados a alguna alteración de este tipo, hablamos de problemas del desarrollo neuropsicológico.

¿Por qué se llegan a dar los problemas neuropsicológicos?

El cerebro de los niños y niñas es una estructura que se está construyendo a un ritmo muy acelerado, muchas cosas pueden abonar, pero también muchas otras pueden dificultar este proceso de construcción. Influyen aspectos como la genética, hasta factores tan cotidianos como la nutrición o el entorno en el que se desenvuelva la persona, pasando por eventos fortuitos como golpes, enfermedades o situaciones sociales que priven al infante de los estímulos que enriquecerían su desarrollo.

¿Cuáles son los principales problemas en el desarrollo neuropsicológico?

Son aquellos que alteran muchos aspectos de la vida cotidiana: TEA (Trastorno del Espectro Autista), o de los TGD (Trastornos Generalizados del Desarrollo), así como otros en particular como desarrollo del lenguaje, problemas de aprendizaje, regulación emocional o conductual. Sin embargo, no todos corresponden a alteraciones en el desarrollo neuropsicológico, sino que pueden ser afectaciones a otros niveles. Hasta casos en los que el neurodesarrollo es una de las afectaciones que una problemática está generando. Por ejemplo alteraciones genéticas, o neuronales, incluso dificultades respiratorias o gástricas que impactan por dificultar que las conexiones en el cerebro.

¿Qué tratamientos existen para los problemas neuropsicológicos?

Desde nuestra perspectiva, no hablamos en un “tratamiento”, pensándolo como una serie de pasos a seguir de manera genérica, sino de “planes de intervención” construidos desde las necesidades específicas de cada individuo, para definir el tipo de acciones convenientes, la periodicidad, y acciones que se tengan que seguir en el contexto en el que viven de manera cotidiana. Para así, ayudar a activar los sistemas que sí funcionan, y que se estimulen las interconexiones que aún no se observan.

¿Cómo detectar en casa y a edades tempranas problemas neuropsicológicos?

Cuando un infante tarda en moverse coordinadamente o en hablar, cuando muestra dificultades al convivir con otros, o se muestra alterado ante algún tipo de estímulos, como el ruido, luces, alimentos; o cuando su nivel de actividad es extremo, tanto si permanece largos periodos inmóvil, si necesita estar activo todo el tiempo; o cuando parece no aprender o recordar la información que se le ha tratado de enseñar.

En ocasiones, es común que, con la intención de brindar tranquilidad, se reste importancia a estos comportamientos, argumentando “ya lo logrará”, o “ya se le pasará”. Sin embargo, es importante estar atentos y contar con un acercamiento clínico que contemple la historia de salud, nutrición, convivencia y exposición sociocultural que cada persona haya tenido y que se profundice en la identificación de los elementos para delimitar un plan de intervención apropiado para cada peque.

¿Cómo ayuda la terapia a los peques con problemas neuropsicológicos?

No es nuestra meta el llevar a los pequeños que acuden con nosotros a algún tipo de molde o que actúen de una forma específica. La meta es que cada persona logre construir los sistemas funcionales que le permitan desarrollarse plenamente. Esto incluye aspectos como poder experimentar momentos de gozo, disfrutar de una interacción humana que les sea agradable, controlar los impulsos primarios que puedan sentir en determinados momentos y reaccionar de formas que armonicen con el contexto en que se encuentran, que logren comunicar sus pensamientos, sentimientos y deseos de forma que sea comprensible para aquellas personas con quienes están buscando comunicarse, que logren aprender aquellas cosas que les resulten interesantes, pero también aquellas cosas que se consideran necesarias para su integración funcional a una vida en sociedad.

¿Cuándo y a qué tipo de comportamientos prestar atención en los infantes?

Todo momento es oportuno y toda conducta es relevante. Como padres y madres, debemos estar muy atentos y tener criterios claros para poder establecer “semáforos” que orienten nuestro nivel de alerta. Esto aplica tanto para el neurodesarrollo como para cualquier otra área de la vida de las infancias.

La intensidad de la conducta, la permanencia, las variaciones, la posibilidad de regulación son algunos elementos a tomar en cuenta, pero también lo es el momento en que se observa el fenómeno que llama nuestra atención, el contexto en el que surge, las personas con que es más fácil que se manifiesta, etc.

En el desarrollo infantil, aunque en ocasiones así lo pareciera, nada surge de forma espontánea, todo se va construyendo con pequeñas acciones que conforme se van sumando van adquiriendo una dimensión compleja.

¿Qué riesgos existen de no actuar oportunamente?

Es una pregunta difícil de responder por las diferencias enormes que pueden existir en cada caso. Pero, en algunos pequeños, las dificultades observadas pueden estar ocasionados por afectaciones de salud, o privación de estimulación y entonces puede mejorar su estado al entrar en contacto con contextos enriquecidos (en ocasiones las escuelas ayudan mucho, o algún familiar o cuidadores).

En otros casos, pueden provocar un efecto en cadena, como un juego de dominó, en el que una ficha va impactando en el resto. El alcance de cada evento es difícil de predecir y no es el mismo para todos.

Por ejemplo, aspectos como el que un pequeño haya padecido de reflujo o el que no haya gateado, pueden ser muy relevantes o nada relevantes. Lo importante, como lo mencionábamos anteriormente, es actuar con prudencia y equilibrio, buscando informarnos lo mejor posible en cada situación para poder tomar las mejores decisiones.

El centro TaKuMi tiene 12 años de implementar el modelo que construyeron para brindar herramientas que ayuden a las personas neuro divergentes a desarrollarse. Trabaja áreas como integración sensorial, desarrollo de capacidades emocionales funcionales, intervención neuropsicológicas, lenguaje, aprendizaje, acompañamiento en prácticas de crianza y consultoría.

Se ubica en Castilla 111, int. 3, Col. Álamos, Alcaldía Benito Juárez, CDMX y su sitio web es www.centrotakumi.com