En el corazón de Polanco, específicamente en la calle Homero, alguna vez existió una gigantesca casa en la que Luis Buñuel filmó El Ángel Exterminador y a la que por años llamaron “la mansión maldita”.

Actualmente ya no queda rastro de ella pero hace apenas algunos años, antes de que se construyeran edificios de departamentos se podía ver parte de su fachada.

Historia de “la mansión maldita de Polanco”

La mencionada residencia fue construida por encargo de Maximino Ávila Camacho, hermano del expresidente de México, en el número 1109 de la antes llamada Avenida Rocafuerte, entre Calderón de la Barca y Edgar Allan Poe.

Esta mansión ocupaba media manzana y era considerada casi un palacio de 5 mil 400 metros cuadrados. La construcción fue hecha entre 1942 y 1944 por Manuel Giraud y Fernando Parra, quienes diseñaron la Residencia Oficial de Los Pinos.

En ese entonces Maximino aspiraba a ser presidente, por lo que mandó a construir una “casita” que fuera a tono con el cargo que (según él) pronto tendría.

La mansión maldita de El Ángel Exterminador de Luis Buñuel.
Foto: TW @LizbethCaro01

¿Por que se le llamo “mansión maldita” a la casa de El ángel exterminador?

En la mansión de Maximino, el director Luis Buñuel encontró la locación para filmar algunas escenas de su película El ángel exterminador. La cinta trata de un grupo de personas de clase alta que acuden a una cena en un palacio y quedan atrapados dentro de la mansión debido a fuerzas inexplicables.

Lo que parecía una cena elegante, se convirtió en una terrible reunión en la que los asistentes pasaron hambre, sed, cansancio, angustia y dolor, al grado de verse obligados a comer papel para sobrevivir, dejando de lado los buenos modales y convirtiéndose en seres primitivos buscando sobrevivir. De ahí que el lugar fuera después conocido como “la mansión maldita”.

La cinta de Buñuel contó con la producción de Gustavo Alatriste, la Fotografía de Gabriela Figueroa y las actuaciones de Silvia Pinal, Claudio Brook, Enrique Rambal, Jacqueline Andere y Ofelia Guilmáin, entre otros.

Sin embargo, de acuerdo a Arturo Ripstein, en la producción de la película no todo fue mil sobre hojuelas, pues Luis Buñuel se quedó de que los actores mexicanos no tenían ni idea de cómo usar un frac, además ni siquiera había querido filmar en México.

El director quería hacerlo en Francia, donde había “verdaderos palacios”, sin embargo debido al poco presupuesto con el que contaba, tuvo que filmar en territorio nacional y fue en la casa de Maximino Ávila Camacho donde encontró el lugar perfecto.

La mansión contaba con un imponente jardín y una fuente oval, un pórtico con acceso al vestíbulo, pisos y columnas de mármol, una escalera ceremonial y un candil de cristal, además tenía un comedor de protocolo, una biblioteca, un salón de música y hasta un sótano con barbería, boliche y sala de cine.

¿Qué pasó con la “mansión maldita” de El Ángel Exterminador?

Tras la muerte de Maximino, la mansión pasó a manos de la familia Jáuregui, para después ser adquirida por Raúl López Sánchez, exgobernador de Coahuila a finales de los 70. La esposa de Sánchez vendió en lotes el jardín para construir casas y departamentos, provocando que la casa quedara atrapada entre edificaciones.

¿Será que en los adentros de esos departamentos aún se sienta una vibra de maldición?

Si buscas qué hacer en CDMX, suscríbete a nuestro Newsletter.