Hay rincones de la CDMX, incluyendo a la Roma y a la Condesa, que los chilangos evitan por las oscuras vibras que los rodean, ya que supuestamente fueron escenarios de sucesos macabros y ahora albergan almas en pena que atemorizan a los visitantes curiosos.

Las colonias Roma y Condesa son conocidas por la gente de la CDMX y hasta los extranjeros como una gran zona para vivir y pasarla bien; sin embargo, en ella se encuentran dos de los edificios más tenebrosos de la capital. Aquí te contamos más.


La Casa Negra

Durante el Porfiriato, sobre la ahora avenida Álvaro Obregón esquina con Insurgentes, construyeron una casa destinada a ser un leprosario; es decir, un hospicio para los enfermos de lepra. Durante algunos años funcionó sin ningún inconveniente; pero en algún momento, los vecinos de la colonia Roma comenzaron a escuchar algo escalofriante que turbaba su sueño. Eran los gritos de dolor y agonía de los leprosos, quienes pasaban los últimos días de su vida sufriendo debido a la enfermedad.

Los vecinos de la colonia Roma no soportaron una noche más con los lamentos, pues creían que ellos se debían a una especie de posesión demoniaca. Un día decidieron que la única solución para acabar con los lamentos era quemar la casa con los enfermos adentro. Dejaron que se consumiera hasta el último agonizante, pero aunque el fuego arrasó con los leprosos, la casa se mantuvo de pie, al igual que las siluetas de aquellos que murieron calcinados.

Desde ese momento, el inmueble se mantuvo abandonado, pues se dice que los gritos durante la noche no cesaron.

fuente: Chilango/ Google Maps
La Casa Negra

Años después, esta casa fue habitada por la familia Mondragón, quienes tuvieron un destino igual de tenebroso que aquellos que murieron quemados en su interior. Se dice que por más pintura y remodelación que la familia le hiciera, en las paredes siempre volvía aparecer el hollín y las siluetas de los calcinados.

La familia escéptica vivió ahí solo siete días, ya que una noche los vecinos volvieron a escuchar los gritos de agonía, pero esta vez provenientes de los miembros de la familia. Nadie a la redonda se atrevió ir a su auxilio y la mañana siguiente descubrieron a la familia muerta tras abrir a la fuerza la casa.

Aunque la Casa Negra de la Roma sigue causando temor, a sus alrededores la vida urbana sigue con todo y puestos de garnachas.


La Casa de las Brujas

Justo enfrente de la Plaza Río de Janeiro, entre los árboles y otras casas antiguas, se encuentra la Casa de las Brujas. Posiblemente es la más popular de la colonia Roma no solo por su peculiar construcción, sino también por quien la habitó y las cosas que podía hacer.

fotografía: María Daniela Ortiz
La Casa de las Brujas, fotografía: María Daniela Ortiz

Hace muchos años, en esa casa con un techo que asemeja el sombrero de una bruja, habitó Pachita, una curandera sumamente poderosa que podía materializar órganos sanos en su mano y realizar “operaciones energéticas”. Estas consistían en extirpar con un cuchillo viejo el órgano enfermo de la persona y sustituirlo por uno sano. Era tanta la fama a su alrededor, que fue estudiada por personalidades como Alejandro Jodorowsky y Jacobo Grinberg.

Años después de su fallecimiento, el inmueble fue tomado por nuevos propietarios; en la actualidad, hay un bas en la planta baja; sin embargo, se dice que en la planta alta, donde atendía Pachita, todavía se puede ver su espíritu rondar las habitaciones y vagar por los pasillos. ¿Acaso su energía seguirá custodiando el inmueble hasta el fin de los tiempos?


El Charro Negro del Parque México

El mensajero del diablo más conocido de toda la República Mexicana también tiene sus apariciones en la CDMX; y no precisamente para turistear por la ciudad.

Se cuenta que, por las noches, el Parque México es visitado por el Charro Negro, el emisario de Satanás. Este ronda por el lugar en busca de personas capaces de vender su alma por unas cuantas monedas de oro. Tal es el caso de Juan, un hombre que vivió durante la época del Porfiriato y vivía quejándose del poco dinero que tenía; sin embargo, el que conseguía, lo gastaba en cantinas y apuestas.

El Charro Negro se fijó en esta alma pecadora, pues sabía que Juan estaría dispuesto a todo con tal de seguir pagando su vicio. Una noche, mientras rondaba por el Parque México, se le apareció con un trato: le daría unas monedas de oro a cambio del alma de su hijo recién nacido.

Juan, al ser un alcohólico, aceptó sin titubear y tomó las monedas de oro, pero ese sería solo el inicio.

El Charro Negro, fotografía María Daniela Ortiz

El dinero no le fue suficiente y el charro volvió con un nuevo trato para Juan: le daría más dinero a cambio de más almas de sus hijos. Fue entonces cuando Juan se dedicó a enamorar muchachas y procrear con ellas hijos bastardos; a quienes se los llevaba en Charro Negro a los días de nacidos. Llegó el punto en que este, lo único que quería era el alma de la hija mayor de Juan, la más amada. Por supuesto, este se negó y ofreció su alma a cambio; pero el Charro Negro solo rió y le dijo que su alma era suya desde el primer momento que aceptó las monedas de oro.

Desde entonces, los vecinos del Parque México dicen que por las noches ven a un hombre vestido de charro, deambulando al lado de su caballo negro y ofreciendo dinero a quienes más lo necesiten. Quien lo acepte, deberá pagar con lo que más ama.

Más actividades en la colonia Roma

Si andas por la zona y quieres hacer algo relacionado con la temporada, pero menos terrorífico, lánzate a la experiencia inmersiva de Día de Muertos de Central Diez. Este espacio de AE muestra Volveré, la colección de temporada creada con el diseñador Seher One. Tras un recorrido en honor a las tradiciones mexicanas podrás degustan pan de muerto con chocolate.

Lugar: Central Diez (Córdoba 56, Roma)

Precio: Entrada libre, pero es obligatorio registrarte a través de las redes sociales de la marca.

fotografía: María Daniela Ortiz
Central Diez, fotografía: María Daniela Ortiz

Durante tu recorrido por la Roma Condesa recuerda que en octubre, el velo entre los vivos y los muertos es más frágil.